Un porvenir para España que no llega nunca
Ahora acaba de hablar Reinhart, que sabe un huevo, y ha explicado la magnitud de la tragedia". Un micrófono abierto reveló este preciso resumen que el exministro Josep Piqué entregó al oído de Alfredo Pérez Rubalcaba antes de que el líder socialista iniciara su intervención en la reunión anual que Círculo de Economía organiza en Sitges. La magnitud de la tragedia -título de un libro del catalán Quim Monzó- casi se podía palpar el viernes mientras tres prestigiosos analistas internacionales competían en dibujar el escenario más apocalíptico para España.
"Hace un gran día pero, por la situación económica, debería estar lloviendo", empezó Carmen M. Reinhart, del Instituto for International Economics. "No llueve, nieva", contraatacó Guntram B. Wolff, director de Bruegel. Tanto una como otro auguraron que el proceso de desendeudamiento que debe acometer la economía española se cobrará una víctima en forma de crecimiento. Reinhart recordó que Japón, tras la crisis de 1991, ha crecido a un ritmo medio de solo el 1,5%. El editor asociado del Financial Times, Wolfgang Münchau, vaticinó una década de estancamiento en España, lo que dificultará la financiación de la elevada deuda privada.
Ninguno descartó la posibilidad de que el proyecto del euro descarrile. Münchau, que desde su columna en el Financial Times ha vaticinado que España seguirá el mismo camino que Grecia, dio por hecho que la recapitalización de la banca precisará de ayuda exterior.
La prima de riesgo dice que los mercados creen más en las palabras de estos analistas que en las del Ejecutivo, que confía en que las medidas de austeridad devolverán la confianza de los inversores, reducirán el coste de financiación y estimularán el crédito y el crecimiento. Así, mientras desde el exterior suenan las trompetas de los jinetes del Apocalipsis, el Ejecutivo traza un próspero porvenir. Solo queda confiar en que no se cumplan los versos del poeta Ángel González: "Te llaman porvenir porque no vienes nunca".