Mas pide medidas de estímulo e insiste en el "pacto fiscal"
Recuerda a Rajoy que Cataluña hace dos años ya pagaba intereses del 7% para financiarse y "nadie hacía nada".
El interés que despierta en Cataluña el debate sobre el pacto fiscal (la aspiración de la Generalitat de alcanzar un sistema de financiación similar al vasco) es proporcional al desdén que muestra el Gobierno central ante esa reclamación. Sin embargo, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, insistió ayer durante su intervención en la reunión anual que celebra en Sitges el Círculo de Economía en la necesidad de que Cataluña cuente con una nueva financiación que permita al Gobierno autonómico recaudar la totalidad de los grandes impuestos. En cualquier caso, añadió que la idea de "tener una Hacienda propia no significa que esté aislada del resto".
El Gobierno de Mas trabaja para lograr un amplio apoyo de los partidos con representación en el Parlamento catalán antes de presentar una propuesta de financiación al Ejecutivo de Mariano Rajoy, que cuenta con una cómoda mayoría y se muestra reacio a abordar este debate.
Al margen de estas reclamaciones, Mas pidió medidas de estímulo que acompañen a los ajustes aprobados por su Ejecutivo para llegar a cumplir con el objetivo de déficit del 1,5%. "La austeridad no puede ser un tótem al que adorar cada día", declaró. Además, celebró que la Unión Europea haya abierto la posibilidad de prorrogar un año, de 2013 a 2014, la obligación de rebajar el déficit público de España al 3%. Con todo, esa posibilidad tendría como contrapartida la aprobación de más ajustes y subidas de impuestos. Ante un auditorio formado por empresarios más preocupados ayer por la prima de riesgo que por el pacto fiscal, Mas lanzó un dardo envenenado a Rajoy al recordar que Cataluña lleva ya dos años pagando intereses del 6% y del 7% para endeudarse. "Y nadie hacía nada", denunció. En cualquier caso, señaló que en una zona económica con una moneda única debe garantizarse la liquidez para evitar, como sucede actualmente, que los proveedores tarden más de 160 días en cobrar de las administraciones públicas, un plazo solo superado por Grecia.
El presidente catalán, que no hizo ninguna referencia a la rebaja de rating de la deuda de la Generalitat, señaló que el gran problema en España es la falta de credibilidad en el exterior y aprovechó para sacar pecho frente a la Comunidad de Madrid, cuyo déficit definitivo de 2011 se duplicó frente al provisional que se presentó a principios de año. "Cuando no se dice la verdad se pierde credibilidad", concluyó.