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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El Gobierno toma el mando en Bankia

El Gobierno parece haber entendido el mensaje que de forma insistente han enviado los mercados financieros en las últimas semanas: "España tiene un problema, y está alojado en el sistema financiero". Por ello, ha acelerado los pasos adicionales en la reforma del sistema bancario, que esta semana podría tener varios hitos decisivos. Además, la demanda explícita de mercados e instituciones internacionales de una solución para Bankia, por ser considerada una entidad sistémica sobre la que no pueden albergarse dudas de viabilidad, ha sido puntualmente atendida con un cambio en su equipo ejecutivo ayer y con una notable inyección de capital en los próximos días.

En el Consejo de Ministros del viernes -tal y como admitió ayer el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy- podría cerrarse el círculo con la norma sobre las condiciones de creación, funcionamiento y capitalización de las sociedades inmobiliarias de liquidación, esa especie de bancos malos en los que cada entidad aparcaría sus activos problemáticos para recuperar el crédito en los mercados con un balance saneado. æscaron;nicamente faltaría ya -y bien podría resolverse también esta misma semana-, la fusión de las entidades de mediano tamaño que deben ganar musculatura para ser jugadores respetados y poder captar financiación en las grandes plazas financieras internacionales.

Para todas estas iniciativas había instrumentos en la reforma Guindos, aunque sin acudir al dinero público, algo que ya se admite abiertamente si es preciso, tal como dijo el presidente Rajoy. Pese a lo abultado de la cifra de provisiones exigidas por la reforma financiera, esta no había obtenido el visto bueno de los financiadores de la economía y la prima de riesgo no había flexionado como el Ejecutivo estaba esperando.

Bankia, apuntada por el mercado y señalada con toda la intención por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como "el problema", ha hecho esfuerzos innegables para corregir sus lastres, y lo ha hecho en condiciones de ceguera absoluta del mercado de capitales. Ha logrado culminar una de las operaciones de concentración más difíciles de cuantas se han planteado, ha captado capital en Bolsa y ha realizado un ajuste muy apreciable en su red y plantilla para adaptarse a la nueva situación económica. Y de todo ello es responsable el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, que ahora cede, de manera sensata, a la presión para que la entidad entre en una nueva etapa.

Una etapa que dirigirá un banquero de la experiencia de José Ignacio Goirigolzarri, ex consejero delegado de BBVA, quien contará con la ayuda de una notable inyección de capital público que ha de ser suficiente para lanzar un mensaje de tranquilidad no solo para la entidad financiera, sino para el conjunto del sistema español.

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