Una solución rápida y transparente para la banca
El presidente del Banco Central Europeo no ofreció ayer fórmulas mágicas para resolver la encrucijada en la que se debate la banca española, con el crédito congelado y sin haber resuelto todavía el proceso de saneamiento de sus activos inmobiliarios. Mario Draghi no entró a valorar el último proyecto con el que el Gobierno pretende zanjar la limpieza del ladrillo, la creación de una suerte de banco malo que aglutine los activos tóxicos. "Aún tenemos que analizarlo", señaló ayer en rueda de prensa en Barcelona. Aun así, lanzó una clara advertencia en relación con la banca española, en línea con la petición de reformas que dominó el conjunto de su discurso.
El presidente del BCE afirmó tener plena confianza en que España tomará las medidas necesarias para restaurar la confianza en su banca, que deberá hacerse con la "rapidez y transparencia" con la que lo han hecho otros países europeos y que reclaman los mercados financieros. En definitiva, el mismo mensaje lanzado por el FMI la semana pasada, que urgió a España a resolver de forma inmediata el saneamiento de su sistema financiero. Draghi habló de rapidez -la reforma financiera no ha logrado su objetivo de alejar las sospechas sobre la exposición de la banca española al ladrillo- y de transparencia -la necesaria para reflejar a precio de mercado el riesgo inmobiliario de los balances-.
El presidente del BCE no fue complaciente con las peticiones vertidas en los últimos días desde la banca española en favor de una nueva inyección de liquidez ilimitada a tres años. Defendió que es necesario que pase más tiempo para que esas subastas cumplan su objetivo último de restaurar la confianza y la reactivación del crédito bancario y avanzó que será en junio cuando el BCE tome nuevas decisiones respecto a nuevas inyecciones de liquidez al sistema financiero europeo. En cualquier caso, recordó que las dos megasubastas de noviembre y febrero evitaron en ese momento "un gran colapso de crédito".
También desde Barcelona y con motivo de la conferencia que pronunció en el foro Barcelona Tribuna, el ministro de Economía español Luis de Guindos avanzó que el Gobierno regulará en las próximas semanas la creación de las sociedades que servirán para aislar los activos inmobiliarios problemáticos de la banca. Serán de carácter voluntario y cada entidad podrá contar con "su propio vehículo con unas reglas determinadas". Guindos respondía así a la rapidez en la toma de decisiones que reclaman el BCE y el FMI, después de avanzar el lunes que el sector asistirá a nuevas fusiones también en los próximos días.
Días atrás ya había apuntado que la valoración de esos activos debía ser la adecuada y ayer precisó que, en su opinión, y en términos generales, las provisiones destinadas por la banca a cubrir su riesgo inmobiliario están en línea con los actuales precios de mercado. Esto significa que la banca no tendría que asumir nuevas pérdidas en la creación de las citadas sociedades de liquidación. Guindos no aclaró sin embargo qué sucedería en el caso de que la valoración en libros de los activos inmobiliarios no se corresponda con el precio exigido por los inversores privados, un supuesto que parece probable a la vista de la profunda crisis en el sector del ladrillo y de la parálisis en el mercado del suelo, el activo sin duda más problemático en el balance de las entidades.
Sin noticias del fondo de rescate
La posibilidad de recurrir al fondo de rescate europeo para zanjar el saneamiento de la banca española es una hipótesis recurrente a la vista de la dificultad para encontrar recursos adicionales, ya sean privados o del Estado y que el Gobierno insiste en negar una y otra vez. El presidente del BCE, Mario Draghi, tampoco quiso dar ayer pistas sobre su uso en favor de la banca europea en apuros -en especial la española y la italiana-. Recordó, en la misma línea de advertencias anteriores, que el fondo de rescate "no puede suplir la consolidación fiscal o las reformas para volver a la estabilidad" e insistió en que son los Gobiernos los que deben dar en primera instancia la solución a los problemas de sus respectivas economías.Draghi apuntó además que el EMS, o Mecanismo de Estabilidad Europeo por sus siglas en inglés -que estará operativo en julio de este año-, debería funcionar mejor que el fondo actual, el denominado EFSF, con el que se han financiado los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal.