Bolivia y su forma de atraer inversores
Bolivia tiene una manera divertida de atraer a los inversores. El presidente Evo Morales se está apoderando del mayor operador eléctrico del país, perteneciente a la española Red Eléctrica (REE). Para un país que prepara su primera subasta de bonos global desde la década de 1920, la decisión manda una fuerte y oportuna señal de advertencia a los potenciales compradores.
La toma de Transportadora de Electricidad (TDE) no es un gran acuerdo, financieramente hablando. Los ingresos que genera representan no más del 1,5% de las ventas globales de su dueña, frente al 15% que Repsol pierde con la expropiación de YPF por Argentina. REE pagó apenas 90 millones de dólares en 2002 y ha invertido aproximadamente la misma cantidad desde entonces. Cualquier compensación de Bolivia no será tan importante. Además, Morales no tiene mucho que mostrar por sus tendencias nacionalistas. Muchos de los activos que ha embargado en industrias como el petróleo y el gas desde 2006 han perdido eficiencia. Y la inversión de Bolivia en porcentaje del PIB es de las más bajas de la zona.
Pero el presidente sigue adelante con un plan de pedir prestado dinero extranjero, con la ayuda de Wall Street. Su Administración ha contratado a Bank of America Merrill Lynch y a Goldman Sachs para vender 500 millones de dólares en bonos, en su primera oferta de deuda en 90 años. Pero tomar unilateralmente el dinero de otros, sin embargo, no queda muy bien en los folletos informativos.
Los altos precios de las materias primas han ayudado a Bolivia bajo el mandato de Morales. Está previsto un crecimiento del PIB del 4% para este año, y el país cuenta con un 35% de deuda pública. Esos números pueden ayudar a compensar las preocupaciones de los inversores potenciales tras el caso de TDE. Pero las fortunas bolivianas siguen siendo inciertas. Brasil, su mayor comprador de gas natural, pronto confiará menos en su vecino del oeste. Los tiempos están obligados a estrecharse de nuevo para Bolivia. Los potenciales prestamistas no pueden decir que Morales no ha mostrado sus cartas sobre cómo puede manejar la situación.
Raúl Gallegos