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Columna
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Sony necesita cambios profundos

La nueva estrategia de Sony requiere de los inversores una gran cantidad de fe. Su nuevo CEO Kazuo Hirai espera revertir las pérdidas de 6.400 millones de dólares reformulando la unidad de televisores y apoyando más los teléfonos inteligentes y dispositivos médicos. Pero, ¿los cambios anunciados restablecerán la rentabilidad? Los grandes gastos derivados podrían proporcionar algunos ingresos, pero la compañía podría necesitar recortes más profundos y nuevos instrumentos.

Sony ha sabido facilitar su salida del mercado de las pantallas planas, vendiendo su parte de la sociedad con Samsung en enero y dejando que Sharp se alíe con Foxconn para rescatar su fábrica conjunta. Pero rechaza ceder el negocio de televisores, que mira como su vía de entrada en los hogares modernos pese a perder dinero con ellas desde hace ocho años. Ampliar su lista de proveedores y reducir su gama reduciría los costes. Pero Sony seguirá tras Samsung y Apple en la televisión por internet. Dada la convergencia entre los dos dispositivos, sería mejor si Sony uniese los negocios de televisores y PC.

Los negocios de telefonía, juegos e imagen quizá también funcionarían mejor en combinación, especialmente con la naturaleza de un dispositivo como el iPhone. Sony cree que estas tres ramas proporcionarán el 70% de las ventas y el 85%. Los recortes en el gasto de Sony no son una novedad. Al menos la mitad de los 10.000 despidos anunciados son parte de planes anteriores para vender sus negocios químicos y trasladar el de pantallas LCD a una sociedad conjunta del gobierno japonés con Hitachi y Toshiba.

El cómo financiará su expansión en smartphones y en equipamientos médicos sigue siendo un misterio. Sus dos billones de yenes en acciones parecen pocos en comparación con sus 12 billones de activos. El coste de asegurar su billón de yenes de deuda se ha triplicado en el último año. Y Sony ha dicho que no prevé ampliar capital.

La gran cantidad de costes extraordinarios derivados de su reestructuración generará un salto en sus ingresos en el próximo año que podría hacer ver que la nueva estrategia está dando resultados. Sin cambios drásticos, no durará mucho.

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