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¿Cuánto nos dejará sufrir Draghi?

Suma y sigue en la prima de riesgo. España portada en los grandes medios económicos internacionales. El presidente francés pone a España como ejemplo de catástrofe para ganar votos (o no perderlos). El Gobierno, noqueado a los tres meses de tomar posesión. Las grandes reformas ya están en el BOE (no se pueden hacer de nuevo). Todo eso no es lo peor. Lo peor es que seguimos, como desde hace dos años, en manos del eje Bruselas-Fráncfort-Berlín. Y ese eje que nos proporciona oxígeno se ha enfadado con nosotros.

La pregunta es cuánto nos dejará sufrir. Quizá hoy mismo intervenga Mario Draghi y compre algo de deuda española para contener la sangría. Pero probablemente nos deje sufrir. Me explico. El argumento fundamental de la elite económica y política alemana para que el BCE no intervenga es, más que un añoso discurso sobre los peligros de la inflación, que si el BCE pone dinero, los Estados del Sur de Europa dejarán de apretarse el cinturón. Que sin la presión de los mercados no se toman las medidas adecuadas.

Mariano Rajoy llegó al Gobierno con viento de cara. Recién ganadas las elecciones, el BCE puso en marcha la operación de financiación a tres años que tanto alivió causó en la deuda. En paraleo, el Gobierno lanzó su programa de reformas. La prima de riesgo bajó. Quizá el Gobierno se creyó su propio mensaje de que las reformas y la confianza aplacarían la tormenta. Y quizá por eso pensó que podía retrasar el presupuesto hasta abril y jugar al mus con Bruselas con el déficit. La primera decisión era un evidente error electoralista. La segunda no parecía tan mala en su momento. A toro pasado, es otra cosa.

Los inversores no han cambiado mucho su posición sobre Grecia según gobernase Samaras, Papandreu o Papademos. Ni si en Irlanda el Fine Gáel se alía con el Fiana Fáil o con los laboristas. Ni creo que conozcan mucho los matices entre Sócrates y Passos Coelho. La reforma laboral puede agradar a Merkel, pero no creo que cambie las apuestas de un hedge fund. Me sorprendería sobremanera. 

Un hedge fund intenta ganar dinero. En Europa lo lleva haciendo desde 2009. El BCE ha forzado la retirada de los inversores bajistas en varias ocasiones, porque es el BCE, principalmente, quien puede hacer daño a estos inversores. Con sus intervenciones puede dar la vuelta al mercado y provocar pérdidas en los bajistas. Pero administra la medicina con gran racanería, basándose en el argumento comentado antes.

La falta de compromiso político con el euro ha evitado una solución de calado a la crisis, dando al mercado tiempo para hurgar en la herida de la periferia europea hasta forzar un rescate o, alternativamente, huir antes del contraataque del BCE. Ya lo dijimos el año pasado, no es nada personal, no es una cuestión política, es solo una cuestión de ganar dinero. The game is the game

Por esto hacer enfadar a nuestros vecinos ha sido una mala opción. Si España tenía dos potenciales aliados: Italia y Francia. De Sarkozy mejor no hablar; Monti también ha lanzado alguna puya. Perderemos un puesto en el BCE. Y hoy estamos en manos de los mercados, y probablemente Europa, que ya amagó con cuestionar las cifras de déficit 2011, no vea con malos ojos que Rajoy note la presión que tantó amargó al anterior Ejecutivo. Que se sepa quién manda. No creo que dejen caer a España, ni que sea intervenida oficialmente. Pero, como decíamos ayer, a Guindos se le está poniendo cara de Salgado. 

Música contra la crisis. Manic Street Preachers. She is Suffering

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