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Presupuestos 2012
Columna
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Un buen principio

Una situación crítica que obliga a medidas excepcionales… el mayor esfuerzo de consolidación fiscal de la democracia". Ministro de Hacienda.

Estoy de acuerdo con la calificación del momento. Y estoy de acuerdo con la necesidad de hacer un enorme esfuerzo, quizás el mayor de nuestra historia reciente, para reducir el desequilibrio de las finanzas públicas. Y sin embargo, creo que la calificación como excepcional de las medidas debería replantearse. En mi opinión, no se debería confiar en la recuperación de la economía en el futuro para recomponer el desajuste de las finanzas públicas. De esta forma, muchas de las medidas, consideradas ahora como temporales, podrían no serlo. Otras, valoradas como excepcionales, podrían acompañarse de nuevos y obligados ajustes futuros. Recuperar el crecimiento es clave; aceptar que España tiene un problema de exceso de gasto más que un déficit coyuntural de ingresos es fundamental.

La calma posterior del mercado a la publicación del proyecto de Presupuestos, el viernes pasado, me parece adecuada: creo que han respondido a muchas dudas que todos teníamos a corto plazo. Aunque esto no impide que siga viendo el futuro con cierta inquietud. Es una sensación que probablemente todos compartimos. Sí, me preocupa el crecimiento. Lo que no significa que reconozca la valentía y agresividad de las medidas tomadas. Es lógico que el mercado lo valore de forma positiva. Pero es un primer paso de otros muchos que deben tomarse para recuperar la confianza del mercado. Y no será fácil.

Pero hablemos de los ajustes que se acometen con el proyecto. Por lo que respecta a los gastos, un agresivo recorte promedio superior a lo anticipado de un 16,9%. Afecta a todas las partidas, con la excepción de los intereses de la deuda, pensiones, desempleo, transferencias territoriales y a la UE (46% del gasto). Admito que miro con preocupación caídas de las inversiones reales del 20%, superiores al 36% en el caso del conjunto de las operaciones de capital. Al final, 6 billones a la baja en las operaciones de capital y apenas 3 billones en las operaciones corrientes. Esperemos de verdad que esta relación entre los ajustes del gasto corriente y de inversión sea realmente temporal, aunque ya arrastramos ajustes en la inversión pública en los últimos ejercicios.

¿Y los ingresos? Considerando ya la subida del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) en diciembre, se espera un aumento en la recaudación de 12,5 billones para complementar un ajuste total del déficit del Estado de 27,3 billones. Sigo pensando que no es tanto un problema de ingresos como de un nivel de gastos difícil de mantener. Pero, dicho esto, encuentro adecuada la distribución del ajuste en los impuestos: aquí sí hablamos ya de medidas excepcionales como la amnistía fiscal. La fuerte caída reciente en los ingresos por el impuesto de sociedades exigía una regularización, especialmente en las deducciones. Y el impuesto de tabaco siempre es una opción. Con todo, hay margen en el futuro para subir el IVA si fuera preciso. Y pese a la negativa del Gobierno, veo muchas posibilidades de que finalmente tenga que aplicarse. Por cierto, el equilibrio en las cuentas de la Seguridad Social no parece muy coherente con la recesión económica que espera el Gobierno para el ejercicio.

El Estado asume el 50% del ajuste del déficit para este año desde el 8,5% estimado en 2011 hasta el 5,3% del PIB. Las comunidades autónomas tendrán que cumplir el resto: 1,4 puntos del PIB, hasta situar su déficit en el 1,5%. Considerando que el mayor desfase del déficit en 2011 fue debido a las comunidades autónomas, la supervisión debe ser ahora mucho mejor (y transparente) para que no vuelva a ocurrir. Es sobre este punto donde más dudas tendrán los inversores, dejando al margen el debate sobre la magnitud del deterioro económico durante el año.

De hecho, me hubiera gustado que en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado se hubiera mencionado la existencia de margen de maniobra en caso de que haya desviaciones. Y ya por pedir, que se hubieran planteado las medidas a tomar para cumplir con el objetivo final del déficit del 3,0% del PIB en 2013. Estoy convencido de que se hará más adelante.

José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España

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