_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Roche, más cerca de Illumina

Un dulce en forma de 1.000 millones de dólares le ha dado a Roche una ventaja táctica en su persecución a Illumina. La oferta "justa y completa" de enero de 44,5 dólares por acción, o 5.700 millones, no engañó a nadie. Las acciones de Illumina han cotizado muy por encima desde entonces, y el historial de Roche de convertir los enfrentamientos en dulces acuerdos alcanzado fue notorio. Ambas partes han tenido encontronazos: Roche nominó a varios candidatos para la elección de director en la convención anual de Illumina, pero ésta se blindó y criticó la oferta de Roche en profundidad en las cartas a los accionistas.

Ahora, sin embargo, Roche está ofreciendo 51 dólares por acción, o un total de 6.700 millones, incluyendo las opciones. En términos por acción, es un golpe de casi el 15%, y está un poquito por encima de su precio de mercado reciente. Roche solicita "discusiones productivas" con los accionistas de Illumina, y dice que los inversores preferirían una solución rápida a las hostilidades. Todo esto presiona de verdad a la dirección de Illumina para participar, suponiendo que las acciones no repunten de nuevo.

Tienen tres opciones: rechazarla de nuevo, capitular o aspirar a un acuerdo mejor. La primera elección se ha convertido en difícil, particularmente si el apoyo de los accionistas es verdadero. Y la segunda parece inverosímil, dado cómo protestó Illumina el primer acuerdo. Eso deja la tercera opción: negociar un pequeño aumento de la oferta. Es verdad, es difícil medir cuánto puede ofrecer Roche sin destruir valor. Pero por eso el acuerdo no está basado en los costes de las sinergias a corto plazo, y sí en la promesa de que la información genética transformará la medicina. Y Roche puede permitirse pensar a largo plazo.

Roche aún quiere un acuerdo amistoso. Después de todo, el riesgo de que se produzcan demasiadas difamaciones alienaría a los científicos, de quienes las farmacéuticas y las empresas de tecnología médica dependen. Se espera algún paso más en la secuencia.

Por Quentin Webb

Archivado En

_
_