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Columna
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Obsesión por el fondo de rescate

Cuál debe ser el tamaño del cortafuegos europeo? Algunos analistas reconocen que la eurozona necesita dos billones de euros, suficientes para rescatar a Italia, España y a otros si fuera necesario. En comparación, el tamaño de 500.000 millones del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM, por sus siglas en inglés), la herramienta de rescate permanente parece irrisorio.

El pensamiento actual es elevar los 500.000 millones para crear un cortafuegos lo suficientemente grande para convencer al FMI de aportar fondos. El plan más ambicioso consiste en incluir las garantías sin usar del FEEF, el fondo temporal, en el ESM, que debería impulsar su tamaño total hasta 940.000 millones. Pero incrementar el cortafuegos demasiado puede no ser necesario. Una vez que el dinero esté allí, existe el peligro de que los mercados presionen a los Gobiernos a usarlo. Los países con altos costes de financiación pueden convertirse en adictos a los préstamos baratos. Un fondo lo suficientemente importante para rescatar a Italia y España podría crearse, pero unos rescates tan grandes serían desestabilizadores, los Gobiernos del norte de Europa serían reacios a firmarlo y su propio crédito se vería afectado.

Los rescates a veces son necesarios. Grecia necesita tal reconstrucción social que necesita ese apoyo. Portugal podría encontrarse en esta situación si sus esfuerzos para reformarse no prosperan, y podría necesitar acudir al fondo otra vez. Pero no parece que otros países de la eurozona vayan a necesitar esto. Veamos Italia. El rendimiento de su bono llegó al 7% en 2011, llegándose a hablar de un rescate inevitable. Pero no lo fue. Unos meses de altas rentabilidades fueron suficientes para hacer caer a Berlusconi. Mantener a los países expuestos a la presión de los mercados puede forzar mejor el cambio que rescatándolos.

Pero esto también puede ser peligroso. La crisis italiana se contuvo porque el BCE evitó que el mercado de bonos entrara fuera de control con la compra de deuda soberana. Esta vía es mejor, y cuando la crisis se relaje, podrá retirarse rápidamente, como hizo con Italia. Salvo por su efecto psicológico, los fondos de rescate no necesitan ser aumentados en absoluto.

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