_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La derrota del PP no frena las reformas

Los mercados internacionales no se preocupan normalmente de quién gana las elecciones autonómicas en Andalucía. Pero las del domingo fueron lo suficientemente importantes para que el presidente español, Mariano Rajoy, retrasara los Presupuestos de 2012 hasta este viernes. La táctica no funcionó. El Partido Popular no consiguió los votos suficientes para gobernar. Pero para la senda de reformas del Gobierno, es más un contratiempo que un desastre.

El PP iba a ser siempre una opción difícil en una región que ha estado bajo control socialista durante décadas. Obtuvo más votos, pero no suficientes para gobernar. La izquierda puede ahora formar una coalición en la región española más poblada y la tercera en PIB, representando el 14% del total. En la práctica, esto hace menos probable que Andalucía vaya a conseguir su objetivo de déficit, ya que los socialistas andaluces ya lo habían rechazado. El riesgo para Rajoy es que otros barones regionales se sientan envalentonados por su revés en Andalucía. El PP sigue gobernando en la mayoría de las autonomías, pero dos de las tres mayores en términos económicos, Cataluña y Andalucía, están fuera de su control.

El retraso de los Presupuestos de este año ha erosionado el mandato que las elecciones de noviembre le dieron a Rajoy. Es verdad que el Gobierno ya ha tomado algunas reformas importantes. Y sus propuestas para el mercado laboral fueron lo suficientemente duras para que los sindicatos convocaran una huelga general para el día 29. Pero la batalla política real está por venir. Se centrará en quién sufrirá el plan de austeridad. El Gobierno debe recortar el déficit presupuestario en un 3,2% del PIB entre 2011 y 2012. En la recesión actual, Funcas, la fundación de las cajas de ahorros, estima que el ajuste será cercano a 55.000 millones. El Gobierno continúa teniendo mayoría absoluta en el Parlamento, por lo que puede impulsar decisiones difíciles. Debería intentarlo mientras sea posible.

Archivado En

_
_