Economía levanta las medidas de control sobre Aresbank
El Ministerio de Economía devolvió el sábado el control de Aresbank al Gobierno libio. El Banco de España sustituyó a su consejo de administración en marzo de 2011 en el marco de las sanciones impuestas por la UE al régimen de Muamar Gadafi.
Aresbank vuelve a la normalidad. El Boletín Oficial del Estado (BOE) anunció el pasado sábado el fin de las medidas de control especial impuestas por el Banco de España. El supervisor sustituyó a los integrantes de su consejo de administración el 16 de marzo de 2011. El cese se enmarcaba en el abanico de sanciones dispuestas por la UE contra el régimen del ya derrocado Muamar Gadafi.
La entidad vuelve a estar bajo el control de Libyan Foreign Bank (LFB). Este holding financiero está controlado por el Banco Central de Libia y tiene participaciones en 45 entidades de crédito de 28 países, la mayoría de África y el mundo árabe. Además de en el español Aresbank, en Europa participa en los franceses Banque Intercontinental Arab (50%) y UBAF París (5,57%), en el italiano Ubae Arab Italian Bank (67,55%), y en el británico British Arab Commercial Bank (83,47%).
La orden del Ministerio de Economía explicaba que el pasado 22 de diciembre la UE publicó un reglamente que "dejaba sin efecto la inmovilización de los capitales y los recursos económico de Libyan Foreign Bank [...] poniendo fin a las medidas restrictivas impuestas sobre esta entidad". El Gobierno español ha aplicado, pues, las decisiones aprobadas en Europa.
El Ministerio de Economía sustituyó el pasado año a los ocho miembros del consejo de administración designados a instancias de Trípoli. Sin embargo, dejó en su puesto al presidente de la entidad, el español Juan Carlos Montañola, así como al representante de Crédit Populaire d'Algerie, accionista minortiario de Aresbank con un 0,14% del capital. El resto de las acciones (99,86%) están en manos de Libyan Foreign Bank.
Aresbank es una entidad fundada en 1975 cuya principal misión es potenciar las relaciones comerciales entre España y el mundo árabe. Hasta el estallido de las revoluciones árabes en 2011, la entidad financiaba operaciones por entre 150 y 200 millones de euros. La mayor parte estaban ligadas a empresas de energía, obras públicas y consumo.