_
_
_
_
_

Guindos emula a Borrell y se equivoca

Creo recordar que fue en mayo de 1998. El flamante líder del Partido Socialista, José Borrell, hizo un discurso técnicamente impecable sobre los problemas financieros de la Seguridad Social, llevando a primera línea de debate conceptos como el devengo y la caja en la contabilización de ingresos y gastos públicos. Pero no le entendió nadie... Algo parecido le ocurrió esta semana a Luis De Guindos tratando de explicar el esfuerzo de consolidación fiscal, con una parte estructural y otra coyuntural. El no se lió, pero lió al personal.

Las dificultades que se ha encontrado el Gobierno para reducir los niveles de déficit fiscal hasta las exigencias europeas, como consecuencia del exceso de déficit generado en 2011 por el Gobierno de Zapatero y las comunidades autónomas, ha provocado una revisión del objetivo, y una alambicada explicación a las autoridades de Bruselas para tratar de convencerlas de que España mantiene el objetivo. Para ello, y aunque la reducción del déficit nominal se hará desde el 8,51% del PIB hasta el 5,8%, se utiliza el criterio del déficit estructural, cuya senda de reducción está tasada en el Programa de Estabilidad y Crecimiento de España, y que España pretende cumplir.

Tal cosa fue la que Luis de Guindos trató de explicar esta semana en las Jornadas Financieras Internacionales organizadas por Bankia y El País. Trató de deslindar el esfuerzo en materia nominal para reducir el déficit, tanto en ingresos como en pagos, así como la necesidad de propiciar un ajuste mayor en términos de déficit estructural. Aunque no sea efectiva nominalmente una reducción tan profunda (de 8.500 millones más), lo será cuando el escenario recesivo se haya tornado expansivo. Elemental.

Elemental, pero de difícil comprensión para al común de los mortales, incluso para los iniciados. No es nada fácil deslindar el componente estructural del coyuntural o cíclico de las cuentas públicas, ni en los ingresos fiscales, ni en los gastos. Y menos aun en un país con actividad muy cíclica como la española, con presencia muy poderosa de servicios de temporada, como el turismo, o con un boom en la actividad residencial en los últimos años que no volverá seguramente nunca.

Los componentes y la naturaleza diferente de las partidas del déficit debe explicárselos Guindos a Olli Rehn en Bruselas cuando toque; pero al público en general debe decirle cuánto recortará el gasto y cuánto subirá los impuestos para lograr una redeucción determinada de déficit. Vamos, lo más sencillo posible para que la gente le entienda y no crea nadie que le están engañando.

Esta especie de laberinto diabólico ya atrapó a José Borrell en el debate del estado de la nación de 1998, frente a José María Aznar. A propósito de las cuentas públicas, asunto sobre el que Borrell se creía uno de los hombres más capacitados sobre la Tierra, se enredó con los criterios de contabilización de ingresos y pagos, el devengo y la caja, de la Seguridad Social, y logró que no le entendiese nadie, y que todo el mundo desaprobase su estrategia parlamentaria. El resultado fue la victoria de Aznar en el debate, y que el propio Julio Anguita tuviese más respaldo que el propio líder del PSOE. ¡Con lo poco que cuesta hablar claro para que todo el mundo te entienda!

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_