Los ahorros inexistentes de la fusión de los reguladores
Una de las razones que ha esgrimido el Gobierno en su propuesta de fusión de los organismos reguladores sectoriales (Comisión Nacional de la Energía -CNE-, Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones -CMT- y la autoridad de la Competencia -CNC-) son las sinergias y ahorros que se producirán. Así, el comunicado de Moncloa sobre el Consejo de Ministros del pasado viernes en el que se analizó el anteproyecto de ley de dicha reforma señala que "se incrementará la eficiencia en la asignación de los recursos públicos, evitando duplicidades".
Sin embargo, el ahorro para las arcas públicas no será tal, al menos, en los casos de la CMT y la CNE. Y es que la primera se financia con tasas que pagan las operadoras del sector y el funcionamiento del regulador energético corre a cargo de los consumidores eléctricos, que lo sufragan en el recibo de la luz, concretamente, en los peajes de acceso. En cuanto a la CNC, también una parte de su financiación procede de tasas por prestación de servicios. Además, según fuentes próximas al Gobierno, estas comisiones seguirán existiendo como direcciones generales, por lo que será precisa buena parte de la infraestructura actual. Y es que, en definitiva, solo desaparecerían sus consejos de administración.
La reforma es de momento un anteproyecto de ley y se da la circunstancia de que el Gobierno ha pedido a los propios consejos afectados que emitan un dictamen la disolución que se le avecina antes de tramitarla.