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Nuevas facilidades

Ordóñez impide a la banca usar la carta blanca del BCE para lograr liquidez

El regulador aún no acepta que el sector utilice las nuevas facilidades.

España ha entrado en una nueva lista: la de países que han obtenido del BCE carta blanca para flexibilizar las garantías que los bancos deben presentar para conseguir liquidez. Pero el Banco de España no ha puesto en marcha el grueso de las nuevas facilidades. Los bancos ni siquiera saben si la podrán utilizar en la gran subasta del día 29.

A petición de los bancos centrales de siete países europeos, el BCE ha dado vía libre a una relajación temporal y no homogénea de las garantías que los bancos deben presentar para conseguir liquidez.

La consecuencia es que los bancos de esas naciones no se verán limitados a la hora de pedir por carecer de avales con los que garantizar que honrarán sus compromisos. La decisión no ha sido bien recibida en todas partes: ya se han levantado voces que cuestionan la ruptura de la igualdad de reglas en este campo para la eurozona.

Otra consecuencia es que Europa se ha dividido entre países más y menos aplicados. Se entiende que los primeros de la clase son los que no han pedido la relajación de las garantías; los segundos, los que sí lo han hecho.

Y en ese último grupo está España. El supervisor dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha acompañado a los bancos centrales de Francia, Portugal, Italia, Irlanda, Chipre y Austria en la petición de laxitud. La gracia ha sido concedida; luego queda al arbitrio de cada supervisor decidir cuáles son las garantías adicionales que se pueden aceptar.

La sorpresa de los bancos nacionales es que en realidad no habrá tal ampliación, al menos de momento. El Banco de España sigue aceptando exactamente lo mismo que antes. Es cierto, no obstante, que sí ha abierto la mano en cuanto a las fuentes de valoración del riesgo, puesto que ahora aceptará los métodos basados en calificaciones internas. También se reserva la potestad de aceptar préstamos con una probabilidad de impago igual o inferior al 1%, pero por ahora sigue validando solo los que están en el límite del 0,4%. Otros bancos centrales han comenzado a aceptar hipotecas y han elevado al 1,5% la probabilidad de impago.

La importancia de los activos a descontar

Las entidades financieras pueden acudir a la barra libre del BCE, pero deben dejar a cambio compromisos que avalen que la van a devolver o que minimicen las pérdidas para el prestamista en caso de impago. Para eso valen determinados activos de renta fija y también instrumentos no negociables, como los créditos. Dependiendo de la calidad del activo, se le otorga un valor u otro (se le aplica un descuento a su valor nominal), es decir, se puede pedir más dinero poniéndolo como garantía. Por ejemplo, un descuento del 5% permite lograr 95 euros por cada 100 que se avalen. Si el descuento es del 50%, solo se conseguirá la mitad. Las entidades españolas, por ejemplo, han utilizado mucho como colateral cédulas hipotecarias, que tenían un descuento muy bajo porque son un activo seguro.

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