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Desmentir los desmentidos

Habría que actualizar la vieja trilogía para convertirla en "mentiras, estadísticas y desmentidos". Sobre todo, desde que la confirmación de una noticia se busca el lugar equivocado. "¿Con la verdad disteis? ... Pues suerte tuvisteis", que diría don Mendo.

Imaginemos, por ejemplo, los siguientes titulares.

"Jaume Matas desmiente su implicación en el caso Nóos"

"Los padres de Sánchez Vicario desmienten las acusaciones de su hija"

"El gobierno saudí desmiente que la legislación de su país sea machista"

Nadie les daría demasiada credibilidad porque, aún respetando la presunción de inocencia de los acusados, está claro que el sujeto del verbo desmentir es parte implicada en la información. Y por eso sería más lógico matizar la lógica defensa del inculpado con verbos como "niega", "rechazan" o "descarta".

La prisa hace perder a veces esa distancia. Y tan pronto como surge una información digna de portada de Web, alguien corre a preguntar al Matas de hoy o al De la Rosa de ayer si confirma las sospechas que sobre él se vierten. Y por supuesto, el audaz reportero logra el esperado desmentido que, de paso, tritura aparentemente la noticia del rival.

La jugada se repitió ayer. La agencia Reuters informa, en base a tres fuentes comunitarias, que Bruselas sospecha que el dato de déficit de 2011 no va a ser tan abultado como viene aireando el Gobierno de Rajoy.

Poco después descubrimos que ese mismo Gobierno "desmiente de manera tajante" esa posibilidad. ¿Alguien esperaba que el equipo de Rajoy confirmase la acusación? Aún así, con ese desmentido de parte se intenta dar por anulada una información que tiene mucho más calado que el mero regateo sobre el porcentaje de déficit del año pasado.

El encargado de desactivar cualquier duda sobre la voluntad de España de cumplir los objetivos de déficit (que es el debate real) era el comisario europeo de Economía, Olli Rehn. Y el finlandés no lo hizo a pesar de que la agencia EFE, durante una rueda de prensa en Estrasburgo (15'30" del vídeo), le brindó la oportunidad con una pregunta sin posibilidad de escapatoria que remató la agencia Bloomberg.

"Rehn no ha desmentido la información", se percató Xavier Fortes Pastor, el siempre sagaz presentador de La Noche en 24 horas de TVE. "A mí me parece más importante", añadía Pastor, "que Rehn sigue hablando de cumplir el objetivo de déficit del 4,4% [en 2012]".

En efecto, ese era el dato crucial. Y mientras algunos, como diría el personaje de Muñoz Seca, se ponen "enigmáticos y epigramáticos" en torno a la información de Reuters, Bruselas sigue esperando un desmentido oficial sobre la intención de Madrid de renegociar un calendario de ajuste que quiere cerrar 2013 con un déficit del 3%.

Probablemente la CE se equivoca al exigir a Rajoy que cumpla unas metas inalcanzables. Y, sin duda, las fuentes de Reuters han cometido una temeridad al plantear sus dudas porque, aunque no han cuestionado datos oficiales sino declaraciones de autoridades españolas, el mercado no está en estos momentos para entrar en detalles.

Pero de poco sirve empeñarse en calmar las aguas con unos desmentidos que la realidad desmiente poco después. "No comprendo qué decís" "Será por qué no querís".

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