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Buen gobierno

Administradores más capacitados como objetivo

El IC-A lanza dos documentos para consejeros y consejos

El Instituto de Consejeros-Administradores (IC-A) ha iniciado la publicación de dos documentos donde se ofrece, a los consejeros y a los consejos de administración de la compañías, información sobre cuáles son las funciones que deben asumir para redundar en unas mejores prácticas de buen gobierno corporativo.

Juan Álvarez-Vijande, director ejecutivo del IC-A y consejero y presidente honorífico de Ecoda, expone que dichos documentos, denominados Funciones del consejero y Funciones del consejo, pueden ser una garantía para la buena marcha económica y la sostenibilidad de las empresas en el medio plazo, para el adecuado control de su funcionamiento, para generar confianza ante potenciales inversores y para el equilibrio entre los intereses de los diversos actores involucrados en la vida y los resultados de la sociedad. "En suma, aplicar buen gobierno es bueno para empresas, accionistas y stakeholders", aclara.

Entre los principios básicos reunidos en estas publicaciones figura que todo consejero es responsable personalmente de desempeñar una serie de funciones, parte de las cuales son comunes para todos los miembros del consejo de administración. Por lo que respecta a estos últimos, Álvarez-Vijande apunta que "para aplicar buen gobierno hay que tener una voluntad genuina de querer hacerlo por el valor que aporta en sí mismo". En este sentido, el director ejecutivo del IC-A recuerda que cada vez más la función de los administradores se entiende como una actividad profesional "y para eso hay que actualizarse periódicamente. No se nace consejero. Un buen profesional, para llegar a ser un buen consejero, necesita capacitarse, como para cualquier actividad profesional en la vida".

A su juicio, los administradores han dado en España un gran salto en la mejora del gobierno empresarial desde el año 2004, "aunque queda un largo camino por recorrer". Y añade que este mejor gobierno empresarial es visto por parte de accionistas e inversores como una garantía de profesionalidad, crecimiento y sostenibilidad de su inversión.

En cuanto a una posible aplicación de estos principios en la Administración, Álvarez-Vijande dice que sí es posible hacerlo, "con los matices de rigor". Además, añade que en Europa hay una sensibilidad creciente hacia la necesidad de que los administradores acrediten conocimientos de buen gobierno corporativo para poder desempeñar su función, como demuestra "el reciente borrador de directiva que la Comisión Europea ha sometido a debate al Parlamento Europeo".

Responsabilidades y principios al frente de las compañías

Unos 6.000 consejeros, administradores y primeros ejecutivos de las mayores empresas españolas recibirán las herramientas elaboradas por el IC-A. En ellas, los consejeros encontrarán como funciones a cumplir: velar en sus actuaciones por los intereses de todos los accionistas sin distinción; comportarse con transparencia; actuar según las reglas de buen gobierno; contribuir al desempeño eficaz de las funciones del consejo y responsabilizarse de sus propias actuaciones. A su vez, el consejo debe liderar la empresa al máximo nivel; definir la estrategia corporativa; responder ante accionistas y terceros; supervisar la gestión de la empresa; supervisar al ejecutivo, y gestionar el propio consejo.

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Bernardo Kliksberg

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