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Crisis en el sector eólico

Vestas se desangra ante el mercado

El fabricante de aerogeneradores registra unas pérdidas cuatro veces superiores a lo esperado, no da previsiones de pedidos para 2012 y sus acciones se desploman.

Aerogeneradores de Vestas en el parque eólico de Sacramento, en California.
Aerogeneradores de Vestas en el parque eólico de Sacramento, en California.BLOOMBERG

La crisis golpea a fondo al primer fabricante mundial de aerogeneradores, el danés Vestas, que pierde este año 166 millones de euros, frente al beneficio de 156 millones de euros registrado en 2011. En "un año lleno de retos", como ellos mismos lo definieron ayer, la empresa ha tenido que recortar en dos ocasiones sus previsiones de resultado y, aun así, no ha cumplido con las últimas guías presentadas al mercado.

Las ventas de 5.836 millones de euros y los márgenes de ebit negativos (-0,7%) son ligeramente inferiores a los estimados en enero por la empresa (6.000 millones en facturación y 0% de margen ebit), en su segundo recorte de la previsión en menos de tres meses. Estos resultados son significativamente inferiores a los estimados inicialmente por la empresa, que preveía un margen ebit del 7% y unas ventas de 7.000 millones de euros al inicio del año. El mercado no se lo ha perdonado. Sus acciones cayeron ayer un 15% en la Bolsa de Copenhague.

Un año "duro" para Vestas, que registra sus primeras pérdidas desde 2005, según cuenta en el balance anual. Un año en el que no han cumplido su plan estratégico, el precio de su acción ha caído un 65% y tendrán "que despedir a más de 2.000 de nuestros empleados altamente cualificados y comprometidos", aseguró ayer. En concreto, la compañía anunció en enero que eliminará 2.335 puestos de trabajo, prácticamente el 10% de su actual plantilla, y cerrará una de sus fábricas con el fin de reducir en 150 millones de euros sus costes fijos.

Vestas afirma que la última parte del año fue especialmente dura por el retraso de la puesta en marcha de su fábrica de Travemunde (Alemania), el retraso en la consecución de varios proyectos, que ha impedido la entrega de producto por valor de 1.200 millones de euros, y el encarecimiento de la fabricación de su turbina V112-3MW y de la tecnología GridStreamer. "Los pedidos no se han cancelado, se han retrasado y contabilizarán en 2012 como un ingreso, si bien a menor precio porque los costes de producción suben", afirman desde Vestas.

Sin embargo, fuentes del mercado apuntan a que el efecto de los malos resultados de 2011 en la cotización es muy limitado. Los analistas ya habían descontado este hundimiento pero esperaban una bocanada de aire para 2012 de parte del primer fabricante mundial. Respiro que no se ha producido.

Antes al contrario, Vestas ha introducido más incertidumbre quizá en los mercados con sus anuncios de ayer. La compañía ha decidido "reducir los parámetros de previsiones que da al público", impulsada, por lo que cuenta, "por un número de grandes inversores de la compañía".

Así, por ejemplo, establece una horquilla de ventas para este año de entre 6.500 y 8.000 millones. El mercado esperaba unas ventas aproximadas de 7.300 millones, con lo que la previsión estaría en línea, pero la horquilla de ventas es tan amplia que genera incertidumbre, según los analistas. La empresa estima que sus entregas crecerán desde los 5.000 megavatios (MW) de 2011 a los 7.000 MW en este año, si bien no comunica los pedidos que tiene ya cerrados. "Esperamos un año muy, muy ocupado. El nivel de actividad de la compañía en 2012 crecerá al menos un 14%", afirmó el consejero delegado, Ditlev Engel, en una entrevista con Bloomberg Televisión.

"Es una situación caótica y el año en curso pinta débil también", afirmó un analista del banco danés Sydbank consultado por Bloomberg. "Estos datos son una mala señal para la industria. Es el mayor fabricante, que registró el mayor número de pedidos con diferencia en los últimos dos años, la compañía con probablemente los mejores productos y no son capaces de registrar ni siquiera un pequeño margen", reclama.

La incertidumbre de EE UU

El mercado mundial no será fácil para el fabricante de turbinas eólicas este año. Si bien la energía eólica sigue creciendo sin pausa (en 2011 se han instalado 41.000 MW en todo el mundo, un 21% más que el año anterior, según datos del Consejo Mundial de Energía Eólica (GWEC, por sus siglas en inglés), en un entorno óptimo, sin crisis, el escenario de crecimiento sería de "desarrollo expansivo", apuntan fuentes del sector. "La apuesta mundial por la eólica está fuera de toda duda pero a corto plazo, hay poca visibilidad del mercado", apuntan desde el sector.

Así, por ejemplo, uno de los mercados principales de instalación de esta energía renovable, Estados Unidos, vive ahora un momento de tensa espera. Según lo previsto por su legislación, los incentivos fiscales a la instalación terminan este año. "El reto de los promotores y empresarios está entonces en convencer a las autoridades de que mantengan o amplíen los beneficios a estas instalaciones pero se encuentran con el obstáculo añadido de que están en periodo electoral", afirman desde la industria. Si los incentivos se mantienen, Estados Unidos es un mercado grande y estable, que puede superar los 10.000 MW instalados en un año. Si desaparecen los incentivos, será muy difícil que se instalen más de 3.000 MW en un año, según un informe de JB Capital Markets. Han instalado más de 6.800 megavatios en 2011.

Vestas ha descontado este efecto en términos de reducción de plantilla. En el anuncio de sus despidos en enero, advirtió de que podría despedir a otros 1.600 trabajadores en EE UU en el caso de que este país no renueve los actuales incentivos fiscales. En cuanto a los otros 2.300 que ya están previstos, unos 1.300 de estos despidos afectarán a Dinamarca, su mercado natural, mientras que otros 449 se repartirán entre España, Alemania, Italia y Suecia.

Otro mercado dudoso es, por supuesto, el español, aun más si cabe teniendo en cuenta la nueva normativa que elimina las primas para las nuevas instalaciones de generación de energías renovables a partir del 31 de diciembre de 2012. Este año es en el que está apuntado el último parque eólico aprobado por el Registro de Preasignación de retribución de Industria, inscripción que establece la entrada en el sistema de las instalaciones y que es indispensable si se quiere cobrar la prima.

Gamesa, el principal competidor europeo de Vestas, "ya ha sufrido en sus números la crisis y tiene descontado el efecto, lo tiene amortizado ya", apuntan desde el sector. España ya solo supone el 6% de las ventas del fabricante, que cumplió sus guías y previsiones en los nueve primeros meses y cuenta con pedidos por unos 1.000 MW para 2012. Las acciones de la española cayeron ayer un discreto 1,5% en la sesión hasta los 3,1 euros.

La crisis se lleva por delante a cuatro directivos

Las primeras pérdidas de 2011 de Vestas desde 2005, los dos profit warning de la compañía en menos de tres meses y la incertidumbre del futuro han terminado con la directiva de Vestas, dejando prácticamente solo al actual consejero delegado, Ditlev Engel, para asegurar la continuidad y pilotar la renovación de la compañía danesa. Ayer, el presidente de Vestas, Bent Erik Carlsen, y otros dos miembros del consejo de la empresa, Torsten Erik Rasmussen y Freddy Frandsen, anunciaron que no se presentarán a la reelección en la próxima junta general de accionistas de la multinacional danesa en marzo. Las pérdidas de más de 166 millones de euros también han provocado la dimisión del director financiero y viceconsejero delegado del grupo, Henrik Norremark.El directivo presentó su renuncia tras informar al consejo de Vestas de las condiciones en los mercados, que han provocado un resultado anual negativo. Norremark había sido elegido hace un mes para dejar el cargo de director financiero y entrar como consejero a cargo de las plantas de fabricación. "La responsabilidad por la bajada de los pronósticos de beneficios se ha colocado en la espalda del director financiero", afirman analistas daneses.Según cuenta Reuters, la dimisión del presidente Carlsen ya se esperaba para la próxima junta de accionistas y varios inversores pidieron su salida después de la última rebaja de previsiones de resultados. La salida de estos dos altos cargos del fabricante de aerogeneradores pone en la picota la continuidad de Engel, que "se aferra a su puesto mientras los medios de comunicación afirman que los inversores le quieren fuera de su cargo", detalla Reuters. Sin embargo, los analistas apuntan que "es el único que puede garantizar la continuidad del negocio hacia delante".Preguntado por si veía clara su continuidad en la empresa, Engel afirmó que "Vestas ha enfrentado un gran reto en el último trimestre, añadiendo nueva tecnología que ha resultado ser cara. Queremos sacar a Vestas de esta situación y es lo que me ha pedido el consejo, que me asegure de que esto pasa. Y eso es todo lo que puedo añadir". Engel espera recuperar la confianza de los inversores "alcanzando los objetivos marcados para 2012". "Es la única manera de recuperar el apoyo de los accionistas", afirmó Engel.Para los analistas, sin embargo, "los números de 2011 son decepcionantes y las previsiones tampoco son muy halagüeñas", estimaron los consultados por Reuters.

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