¿Hay riesgo de un nuevo monopolio de Movistar en fibra?
La fibra ha avanzado con cuentagotas en España, pero en los últimos meses ha cogido impulso y lo hace con un solo nombre al frente: Movistar. El regulador no tiene previsto cambiar las reglas del juego hasta 2013, como pronto. ¿Será tarde?
Dice la sabiduría popular que lo peor es vivir en la incertidumbre. Cuando la realidad desvela sus cartas entra en juego la capacidad de adaptación del ser humano y todo se hace más llevadero. Pero parece que la sabiduría popular no siempre acierta; sobre todo, no cuando la realidad es mucho peor de lo que se esperaba.
Así ha sucedido con la marcha de la fibra óptica en España. Las cifras del despliegue de esta tecnología, capaz de llevar 100 megas simétricos a los hogares, han estado envueltas en niebla desde su arranque. Poco se sabía del quiénes, cuánto o dónde. Hasta que en los últimos meses se han desvelado algunas incertidumbres. La primera es que la red de fibra de Movistar (la marca de Telefónica) llega hasta cerca de millón y medio de hogares (más de lo que se pensaba) y la segunda, que el exmonopolio es titular del 95% de las conexiones que ya están en funcionamiento en el país.
Estos datos han sonado como la alarma de un despertador para los rivales del exmonopolio. Es cierto que, por ahora, la fibra es una tecnología testimonial en el universo de la banda ancha española. Las líneas de fibra superan ligeramente las 171.000 en estos momentos, un 1,5% del total de 11,15 millones de conexiones de alta velocidad en internet. Pero lo importante, lo que ha calado en los rivales de Movistar, es que más de 163.000 de esas conexiones son del exmonopolio y que dispone de más potencial de tiro de lo que se pensaba para incrementarlas a buen ritmo.
Una carrera de uno
El resumen de todo ello es que Movistar, simplemente, se está escapando de la carrera. Las operadoras alternativas al exmonopolio han mostrado su intención de desplegar fibra e incluso Orange ha empezado ya con varios proyectos piloto, pero Vodafone y Jazztel todavía no han arrancado y la idea que hay sobre la mesa es negociar acuerdos entre las compañías para un despliegue conjunto (y unas inversiones compartidas, por supuesto). De ahí que Movistar, pese a sus limitadas cifras, esté a años luz.
Y de ahí que todas las miradas se hayan dirigido a la regulación. ¿Por qué se está produciendo este desequilibrio? ¿Se puede buscar un modelo que fomente una mayor competencia?
Hay una respuesta evidente a la segunda pregunta: sí, siempre que haya más de una compañía dispuesta a invertir. Ese es el modelo que se instauró en 2008, cuando la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) hizo su estudio sobre las redes de fibra de nueva generación y decidió imponer una regulación laxa sobre los nuevos despliegues de Telefónica para incentivar la inversión y premiar a las compañías que asumieran el riesgo de apostar por esta tecnología.
Más de tres años después de esa decisión, la fibra sigue siendo una forma de acceso a internet limitada en España y en manos casi exclusivas de Movistar. ¿Y la regulación que se impuso entonces? Un acceso a los conductos del exmonopolio que ha sido cuestionado en numerosas ocasiones por Orange por su escasa efectividad y una obligación para Movistar de proporcionar a sus rivales un acceso de fibra a 30 megas que todavía no se ha hecho realidad.
Inquietud entre los rivales
De ahí que en las filas competidoras del exmonopolio empiecen a apuntar a la CMT para que busque un nuevo modelo. El problema es que, atendiendo al calendario de tareas del regulador, la solución llegará como pronto en 2013. Según los planes comunicados por la comisión, la idea es comenzar el análisis del mercado de banda ancha en el segundo trimestre de este año y terminarlo en el último, con lo que las medidas regulatorias que se puedan adoptar llegarían para el próximo ejercicio.
Con un año más por delante y si sigue la progresión mostrada por Movistar en los últimos meses, el exmonopolio seguiría teniendo un 95% del mercado de fibra cuando comience el próximo ejercicio, pero las cifras de conexiones totales serán mucho más contundentes.
Fuentes de los competidores de Telefónica piden medidas contra este escenario. Más que una regulación rápida, lo que solicitan es que la CMT sea proactiva y analice las situaciones de forma previa, para evitar que se llegue a momentos como el actual y que se creen monopolios potenciales. "Si se está viendo que la normativa no funciona, habría que tomar medidas cuanto antes porque dentro de un año la situación puede ser imposible de remediar", apuntan fuentes del sector.
Pero, como todo en esta vida, lo que algunos ven como un problema otros lo asumen con tranquilidad. Y eso pasa dentro de la CMT, donde la situación no puede verse de manera más distinta.
Libertad sin cargos
La idea de la comisión es que en 2008 se decidió dejar libre a la fibra, ya que se trata de una inversión nueva e igual para todos los operadores del sector. Pero, sobre todo, tampoco ven la urgencia en adelantar un plan de acción para esta tecnología. "Movistar está creciendo en fibra, pero no llega a compensar lo que pierde en ADSL, así que la banda ancha está compensada", explican fuentes cercanas al regulador. Las cifras lo constatan a medias: Movistar ganó 11.578 usuarios de fibra en noviembre y perdió 14.776 de ADSL. En diciembre, sin embargo, cedió 3.491 clientes de ADSL y captó 12.928 de fibra, según los datos del último mes auditado por la CMT.
Lo que es un hecho, con todo, es que la cuota de Telefónica en banda ancha está en descenso, de ahí que en el regulador se considera que fijarse solo en los datos de fibra es prematuro. También, porque en el mercado hay otras ofertas de velocidades parecidas (como son las del cable, aunque la tecnología sea distinta), que amplían el abanico de opciones de muy alta capacidad para los abonados. Pero incluso si se suma el número de clientes del cable con los de fibra, el ADSL sigue ganando por goleada, así que la presión competitiva se mantiene, a juicio del regulador.
Del otro lado, lo que se teme es que la muerte de esa competencia sea cuestión de tiempo si no se cambian pronto las reglas del juego. Tampoco piden cercar a Telefónica a golpe de regulación, sino buscar vías alternativas de consenso y discusiones de grupo entre los operadores para llegar a acuerdos que siembren un caldo de cultivo propicio para la inversión en fibra. No sería la primera vez que se recurre a esta fórmula para sacar adelante una regulación bajo el auspicio de la CMT. Si no se cambia nada, alertan otras fuentes del sector, en dos años la situación del mercado podría obligar a la CMT a acometer una regulación de la desagregación del bucle y eso sería más negativo para Telefónica y para el sector.
Mientras, Movistar está pisando el acelerador en la tecnología más vanguardista, con anuncios de nuevos despliegues que empiezan a sucederse cada vez a más velocidad. Es consciente de que esa es su única baza para ganar la partida a sus rivales de ADSL y no está dispuesta a que un cambio en la regulación penalice sus planes. Si hay más riesgo, dará cerrojazo a su inversión, dicen fuentes cercanas a la compañía. Esa es su mejor arma en un momento como el actual, pero en Telefónica son conscientes de que ponerla en práctica les haría casi más daño a sí mismos que a cualquier otro.
Deseos compartidos
Pero Movistar no es la única que lucha para que no haya cambios en la regulación. Tampoco las operadoras de cable tienen demasiado interés en que surja una normativa que propicie despliegues masivos de fibra que compitan con su tecnología Docsis 3.0 desde un nivel superior.
Muchos intereses contrapuestos para un tipo de acceso a internet que da servicio a 171.000 clientes en España. Pero es que cada vez más se ve la fibra como la tecnología del futuro. Y nadie quiere perdérsela. Los primeros conflictos (clientes de fibra de Movistar que desaparecen de las bases de datos de los rivales y no pueden ser captados por la competencia) ya han llegado. Desde luego, nada apunta a una coexistencia pacífica.