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Tribuna
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Con las luces largas vemos... crecimiento económico

En estos momentos, Europa está viviendo una situación especialmente difícil. La crisis de la deuda está poniendo y quitando Gobiernos y las empresas y ciudadanos están pasando por momentos angustiosos. A veces da la impresión de que no hay salida, pero todos sabemos que la economía tiene sus ciclos y que con las dosis justas de disciplina y confianza la situación mejorará. Por eso nosotros proponemos una mirada más allá, proponemos encender las luces largas para ver el escenario económico al final de la década.

Aunque continuarán las turbulencias económicas, según nuestras últimas estimaciones, la economía mundial crecerá en la próxima década a una media del 3,6% anual lo que incrementará el PIB mundial en 27 billones de dólares, alcanzando los 90 billones de dólares hacia 2020. Esto quiere decir que este PIB mundial será entonces un 40% mayor de lo que es hoy en día.

También creemos que al final de esta década casi un 60% del crecimiento total provendrá de los mercados en desarrollo y un 23% vendrá solo de China.

Precisamente China, India y otros países asiáticos con economías emergentes están creando una creciente población de consumidores que constituirán una nueva clase media global. Estos consumidores alcanzarán los 5.000 dólares de ingresos anuales por hogar y, aunque considerablemente más pobre que las clases medias de las economías avanzadas, su volumen y capacidad de compra creará un enorme mercado que contribuirá al PIB mundial con casi 10 billones de dólares en 2020. Esto supone una magnífica oportunidad para aquellas compañías que sepan cambiar su estrategia para llegar a ellos, adaptar su estructura de costes, vender productos a precios más asequibles y, por supuesto, los que allí se demanden e influir en los gustos de esa futura clase media.

Otra fuente de crecimiento provendrá del sector de las infraestructuras. Muchas de las existentes en los países desarrollados se construyeron hace más de 50 años y necesitan ser sustituidas. Al disminuir el gasto público, aumentarán las asociaciones público-privadas, como ya se está viendo, por ejemplo, en el aumento de las privatizaciones en los peajes en carreteras.

Y veremos cómo la demanda de uno de los activos más en auge, las materias primas, se incrementará de forma significativa. Además, la presión sobre algunas materias primas básicas vendrá dada por el aumento de la demanda y por los usos alternativos de algunas de ellas, como por ejemplo del maíz, usado también para la producción de etanol, o del agua, necesaria también para la producción industrial y extracción de minerales. La oferta de minerales se irá ajustando gradualmente para hacer frente a la demanda, pero no será hasta finales de la década. Cobre, aluminio y platino son los minerales con mayores posibilidades de sufrir recortes en el suministro.

Pero no podemos olvidar que una de las mayores fuerzas de crecimiento potencial a largo plazo es el desarrollo del capital humano. Las economías emergentes necesitarán invertir en infraestructuras sociales -educación y sanidad- si no quieren arriesgar su desarrollo.

El crecimiento en las economías desarrolladas será mayor en los sectores de la sanidad y tecnológico, lo que requiere mano de obra cualificada y espíritu empresarial. La mejora de los tratamientos médicos y los cambios en el sistema de pago para hacer más eficiente el gasto en sanidad estimularán la innovación y reformas en estos países.

Hablando de innovación, no podemos olvidarnos tampoco de la importancia que tendrá en este futuro que suponemos. Es la innovación la que cambiará la forma en la que vivimos, trabajamos y ocupamos nuestro tiempo libre. Serán particularmente importantes las innovaciones soft (soft innovations) frente a las hard (hard innovations). Las innovaciones soft ofrecerán a los consumidores de alto poder adquisitivo mejores productos a precios más altos y una mayor variedad de productos nicho. El resultado de las innovaciones de este tipo es que aumentará el consumo total, que incluye un mayor consumo de valores no tangibles o físicos. De hecho, se estima que la contribución estimada de este segmento al PIB mundial hacia 2020 sea de cinco billones de dólares.

Además, cinco potenciales plataformas tecnológicas -nanotecnología, genómica, inteligencia artificial, robótica y conectividad ubicua- experimentarán un sólido desarrollo en la próxima década, al igual que ocurrirá con las innovaciones en el sector de defensa. Debido a que el crecimiento chino está ligado a las materias primas y los componentes de las importaciones, China está expandiendo su capacidad militar para proteger su cadena de suministro. Los desembolsos militares de China alcanzaron los 160.000 millones de dólares en 2010, un 6,7% más que el año anterior. El aumento en el gasto militar chino está induciendo a un crecimiento del gasto en Japón, India y otros países…

Estas son algunas razones por las que nosotros vemos en el horizonte de 2020 un importante crecimiento. Antes tenemos algunos problemas que resolver en el corto plazo.

Ignacio Ríos. Socio de Bain & Company

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