Botín reclama la limpieza del balance bancario en el plazo de un año
Emilio Botín exigió ayer que la reestructuración del sistema bancario se zanje en un año. El directivo descartó que Santander vaya a liderar el proceso de fusiones. El grupo ganó el pasado año 5.351 millones, un 34,6% menos, por 3.183 millones en dotaciones extraordinarias. También reclamó "una reforma laboral de calado".
Emilio Botín no perdió la oportunidad para dar a conocer su hoja de ruta para el país. La crisis económica mundial no amaina, la UE sigue a la deriva y el Gobierno nacional del PP acaba de echar a andar. En este contexto, el presidente de Santander dejó muy claras cuáles son, a su juicio, las prioridades para España: la reestructuración bancaria y la reforma laboral.
En relación con la reordenación bancaria reconoció que "se ha avanzado mucho pero debe finalizar cuanto antes". El Gobierno planea aprobar este mismo viernes una norma que obligue a asumir la depreciación de valor de los activos adjudicados en los balances de las entidades. La medida costará a la banca unos 50.000 millones. Estos adjudicados son el testimonio de los excesos crediticios cometidos en el pasado, sobre todo en la concesión de financiación a los promotores inmobiliarios.
Botín calculó que Santander deberá desembolsar unos 5.000 millones de euros. Su intención es atender este importe en 2012 y expuso su voluntad de que a sus competidores también se les obligue a sanear su balance en un solo año. El banco ha adelantado algo la limpieza al dotar 1.812 millones con cargo a los resultados de 2011. Al cierre del pasado año, el grupo tenía 8.552 millones en adjudicados que estaban cubiertos al 50%.
Santander anotó al cierre del pasado año un beneficio de 5.351 millones de euros, un 34,6% menos que un año atrás. Sus resultados fueron recibidos ayer en Bolsa con una leve caída del 0,57%. Sobre las cuentas pesó precisamente la limpieza del balance en España, así como la amortización del fondo de comercio de la franquicia portuguesa, el saneamiento de su exposición a Grecia, los pagos por pensiones y la amortización de intangibles. Estas partidas ascendieron a 3.183 millones. A su favor computaron las plusvalías cosechadas con la venta de un 25% de SCF USA (872 millones) y la joint venture en seguros con Zurich en América Latina (641 millones).
En el sector financiero se da por descontado que Santander, BBVA y CaixaBank podrán asumir el sobre esfuerzo que demanda el Ministerio de Economía. Pero Bankia, la otra gran entidad del país, genera dudas. Botín definió al grupo que lidera Rodrigo Rato como "una gran franquicia, sobre todo en Madrid. Está haciendo procesos de ajuste y estoy seguro de que saldrá adelante". Ante la posibilidad de que pueda necesitar ayudas públicas, consideró que "no es lógico ni pasará que a ninguna entidad se le den ventajas sobre las demás".
El esfuerzo extra en dotaciones puede hacer desfallecer a varios grupos y promoverá su absorción por entidades más saneadas. Los grandes grupos bancarios nacionales se encuentran, pues, en una situación privilegiada para absorber rivales. Santander dio a entender que no quiere liderar el proceso de concentración en España y descarta estar inmerso en operaciones de calado, aunque ha analizado las cuentas de Unnim. La adjudicación de CAM a Sabadell fue engrasada en 2011 con un esquema de protección de activos (EPA). Botín aprueba la receta: "si hacemos alguna operación pediremos todo lo que podamos y usaremos todo lo que nos den".
Evolución y potencial del negocio
Los responsables de Santander destacaron la capacidad del banco de generar resultados procedentes del cobro de intereses y comisiones, así como de controlar los gastos. El margen neto de la entidad asciende a 24.373 millones de euros y subió un 2,2%.
A pesar de que pierde algo de fuelle, Brasil es la gran fuente de beneficios del banco (28%). El resto de América Latina evoluciona favorablemente y aporta un 23%. También destacan la positiva marcha de Sovereign (EE UU) y de Santander Consumer. El polaco Zachodni entró en el perímetro de consolidación en 2011.
La cara amarga de las cuentas la aportan España, Reino Unido y las actividades corporativas. La filial británica sufre la baja actividad económica, la llegada de nuevas exigencias regulatorias y una dotación para cubrir reclamaciones por la venta irregular de seguros de protección de pagos. Las actividades corporativas anotaron unas pérdidas de 1.542 millones al ser la división que asume las dotaciones por adjudicados en España y la amortización del fondo de comercio de Portugal.
Las dos franquicias domésticas (Red Santander y Banesto) se ven lastradas por las dotaciones aunque, como destacó Botín, "han sido adaptadas a las actuales condiciones económicas".
Pero de momento el crédito en el país sigue a la baja. Red Santander lo recortó un 7,8% y Banesto un 9%. Botín se escudó en que "no préstamos más porque no hay demanda solvente". Más adelante agregaría que "para que el crédito fluya debe haber confianza. Entonces, los empresarios volverán a pedir crédito".
El banco cerró 2011 con un core Tier 1 del 9,01% y ya cumple las exigencias de la Autoridad Bancaria Europea (ABE). Además, sus vencimientos de deuda para este año ya están plenamente cubiertos. Santander tiene la intención de mantener su dividendo en 0,60 céntimos por acción. En su defecto, repartir un pay out próximo al 50%.
Flexibilidad empresarial
El mercado de trabajo fue el otro gran asunto que trató Botín durante su intervención en la presentación de resultados de Santander. "Necesitamos cuanto antes una reforma laboral profunda y de calado, que dé flexibilidad a las empresas y que establezca criterios de productividad en temas salariales", afirmó. El banquero declinó especificar los rasgos de dicha reforma y si se debería contener un abaratamiento del despido o la existencia de un contrato único. En todo caso, el directivo estima que "las medidas van a ser dolorosas para todos. Afectan a los funcionarios públicos, a los empleados del sector privado, a los directivos de los bancos...".
"Los políticos son los culpables de la crisis".
El crédito fácil ha sumido el planeta en cuatro años de tribulaciones económicas. A pesar de todo, Emilio Botín descartó que la entidad que preside haya contribuido a los excesos. "En Santander hemos tenido muy poca culpa. Hemos pagado nuestros impuestos y no hemos tenido ayudas. Otros bancos lo han hecho mal y han sido ayudados a costa del erario público", apuntó. Acto seguido añadía que "yo creo que hay que echar una culpa muy grande a los políticos. No han sabido manejar los temas", sentenció.El banquero también justificó la compensación de 56 millones de euros que recibió hace unos días al jubilarse Francisco Luzón, responsable de la división de América Latina. "La pensión se ha acordado con él, ha sido aprobada en junta y es lógica por el trabajo que ha realizado en el banco", afirmó Botín. Luzón trabajó en Santander 16 años.