Acerinox se prepara para aprovechar el acuerdo de Thyssen y Outokumpu
El gigante industrial ThyssenKrupp y el grupo finlandés Outokumpu cerraron ayer la fusión de sus actividades de acero inoxidable, en una operación valorada en 2.700 millones de euros, que creará a un grupo líder del sector en Europa.
La operación mete cierta presión a los otros dos grandes actores del sector en Europa (Acerinox y Aperam) que, sin embargo, podrían beneficiarse de la integración de sus rivales a corto plazo.
Por un lado, porque Outokumpu tendrá que hacer la digestión de la filial de inoxidable de Thyssen, que le exigirá un desembolso de 1.000 millones en efectivo, la emisión de un pagaré por 235 millones y la asunción de compromisos financieros y de pensiones por 422 millones.
Y todo ello con el compromiso de mantener todas las plantas y el empleo (salvo dos factorías en Alemania con 850 trabajadores) hasta finales de 2015. Esto retrasará la obtención de sinergias y las mejoras de competitividad, lo que será aprovechado por sus rivales.
Por otro lado, Acerinox y Aperam también se beneficiarán de la retirada de producción que supondrá el cierre de la citadas plantas alemanas, algo clave en un mercado saturado como el europeo.
Según los analistas de Credit Suisse, a corto y medio plazo esto también tendrá reflejo en Bolsa: el grupo español podría mejorar su capitalización hasta en un 15% y Aperam, hasta en un 35%.