El misterio del funcionario desaparecido y aparecido en...Dubai

Como a las familias cuando deciden hacer limpieza general en casa y de repente aparecen las cosas más insospechadas en el fondo de cajones o armarios, así le está pasando a numerosas comunidades autónomas y ayuntamientos y, muy pronto, le ocurrirá también a la Administración general del Estado. Es tal la urgencia que tienen todos por reducir su gasto que en la operación de controlar a dónde va cada euro han descubierto casos inauditos. En una administración que no quiero acordarme acaba de salir a la luz el caso de un funcionario, quien supuestamente seguía acudiendo cada día a su puesto de trabajo y, por tanto, cobrando su sueldo. Sin embargo, nadie sabía cómo localizarle y cómo entablar un encuentro personal con él. Tras las correspondientes pesquisas, los mismos responsables que estaban interesados en conocer cuál era su desempeño han descubierto con estupor que residía desde hace años en Dubai donde trabajaba para una empresa privada por la que también cobraba su salario.

Pero lo grave es que éste no ha sido el único caso. Se ha dado otro muy parecido en idéntica administración, aunque en esta ocasión el paradero del desaparecido estaba a pocos kilómetros de su puesto como funcionario. Resulta que mientras sus jefes le hacían en su despacho público, él daba clases en la Universidad. Sin duda que no habrán sido los primeros casos de fraude en la Administración y, por desgracia, no serán los últimos, pero llama la atención que este tipo de comprobaciones no sean más comunes y todavía hoy sea para algunos tan fácil escapar de las obligaciones diarias. Señor ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, haga usted junto al señor Antonio Beteta la deseada reforma del sector público español para que estas situaciones no puedan volver a repetirse nunca más. Los más de cinco millones de parados y los funcionarios cumplidores, que por suerte son la mayoría, se lo agradecerán.