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El ideólogo de las dos velocidades

La cumbre europea del próximo lunes espera lograr un principio de acuerdo sobre el nuevo Tratado de Estabilidad y Convergencia, un texto que podría ser el primer paso hacia una zona euro de dos velocidades. El ideólogo de esa ruptura se llama Jean-Claude Piris.

Piris, antiguo director del servicio jurídico del Consejo de la UE, no ha participado en la elaboración del nuevo Tratado y ni siquiera muestra demasiado respeto por un borrador que describe como "ese pedazo de papel". Pero su falta de entusiasmo con la enésima reforma del marco legal comunitario se debe a que no va tan lejos como él desearía.

Piris, a quien se atribuye un gran ascendiente sobre la política europea de Nicolas Sarkozy, es partidario de formar un "grupo de vanguardia" en el seno de la UE para que varios países se desmarquen del resto en materia de coordinación política, económica y presupuestaria.

El francés ha desarrollado su propuesta en "The future of Europe: towards a two-speed EU" (Cambrige University Press, 2012), obra que fue presentada en Bruselas el pasado día 10 de enero en un acto organizado por The Centre.

Piris aseguró en ese acto (foto de arriba) que "no soy partidario en absoluto de crear una Europa con dos clases y permanentemente dividida (...) pero si no hay cambios, la UE seguirá existiendo pero será irrelevante para sus ciudadanos". Aunque el nuevo Tratado no va, ni mucho menos, tan lejos como él desea, quizá sirva para realizar una primera criba.

El proyecto ya creó una primera fisura al dejar en la cuneta al Reino Unido. Y es previsible que en los próximos meses otros países se bajen del carro. Como preparación para ese escenario, el nuevo Tratado ya prevé su entrada en vigor sin necesidad de esperar a que todos los socios ratifiquen el texto.

Bajo el liderazgo de Berlín, no de Bruselas, ese selecto grupo de escapados estaría dispuesto a someterse a una férrea disciplina fiscal, armonizar impuestos o coordinar regímenes de seguridad social.

Piris aboga por que esa vanguardia se dote de nuevas instituciones, sin el lastre de una Comisión Europea inoperante con tantos miembros o de un Parlamento Europeo que, a su juicio (compartido por el Tribunal Constitucional alemán), no ha logrado la credibilidad democrática necesaria.

"A priori, la UE a dos velocidades parece una buena idea", señaló durante el coloquio del día 10 el corresponsal en Bruselas de Liberation, Jean Quatremer. "Si existiera voluntad política para llevarla a cabo, estaría a favor. El problema es que esa voluntad no existe, ni en Francia ni en Alemania", remató certero Quatremer.

Piris concede que no existe esa voluntad. Pero el reputado jurista, cuya mano está tras el fallido Tratado de Lisboa, advierte del peligro de derrumbe de todo el edificio comunitario. "No creo que hayamos alcanzado el punto de no retorno y hay que pelear cada día por [mantener en pie] este proyecto. (...) La desaparición de la UE es una posibilidad real". Lo dice uno de sus principales artífices.

(También participaron en el coloquio el diplomático danés Poul Skytte Christoffersen y el analista británico Charles Grant).

Foto: Jean-Claude Piris (izquierda) y Paul Adamson, de The Centre (B. dM., 10-1-2012).

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