La rentabilidad de los bonos portugueses se acerca al 20%
La rentabilidad exigida en el mercado a los bonos portugueses está claramente en territorio de impago. Los bonos a tres y seis años rentan ya más del 19%; el 10 años, un 16,8%.
Si Portugal tuviese que financiarse exclusivamente en el mercado, sería imposible. La rentabilidad exigida en el secundario a los bonos lusos sólo es asequible en los plazos más cortos, tres y seis meses de vencimiento (con rendimientos respectivos del 4,6% y el 5,3%). Los bonos a 10 años, la referencia del mercado, cotizan con una rentabilidad del 16,8% y un descuento en el nominal superior al 52%.
A partir del vencimiento a dos años (no hay bonos lusos en el mercado a un año de vencimiento), las rentabilidades exigidas superan el 10%. Los expertos consideran inviable la financiación de un emisor cuando el rendimiento supera el 6,5% de forma sostenida en el tiempo. Los bonos portugueses a dos años rentan ya un 14,7% y cotizan con un descuento sobre el nominal de casi el 13%. A partir de los bonos a seis años, el descuento ya llega al 50% y el rendimiento al 19,5%, el más alto de todos los tramos de la deuda portuguesa. Este descuento significa que los tenedores de bonos están dispuestos a venderlos a un precio que es un 50% inferior a la cantidad que recibirían si mantuvieran el bono hasta su vencimiento. Es decir, los inversores no esperan que Portugal sea capaz de atender sus compromisos.
La próxima fecha clave para Portugal será el 15 de junio, cuando venzan 10.163 millones de euros. Durante el resto del año, los vencimientos suman 2.635 millones de euros. El contrato de seguro de impago de Portugal (CDS, Credit Default Swap) es ya el más alto del mundo de los contratos que están activos y alcanza en el mercado secundario 1.324 puntos. Eso significa que cubrir una emisión de 10.000 euros de Portugal cuesta 1.324 euros. El CDS se ha encarecido un 21% desde el 1 de enero, todo un indicio del sentimiento del mercado.