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La medida desata la polémica

Google cambia su política de privacidad y unifica los datos de sus usuarios

El gigante de internet Google ha anunciado hoy un cambio drástico en su política de privacidad. Justo cuando en Europa se está preparando una nueva normativa sobre protección de datos de los usuarios. La polémica está servida.

La compañía estadounidense, que hasta ahora almacenaba en bases de datos distintas la información de sus usuarios en función de los servicios que utilizaba, ha decidido ahora unificar todos estos datos. La decisión, que no da la opción al usuario para oponerse a ello, será real a partir del próximo 1 de marzo, pero ya ha desatado las primeras críticas ante la nueva política de privacidad del gigante de internet, puesto que la medida implica que la compañía podrá integrar todos los datos, cruzarlos y, en definitiva, aprender más de cada usuario.

La multinacional defiende en su blog oficial que el propósito es sustituir sus más de 70 documentos sobre privacidad por uno solo que funcione de forma unificada para todas sus herramientas. "Trataremos al usuario como un usuario único a través de todos nuestros productos, lo que en la práctica supondrá una experiencia de Google más simple e intuitiva", señala la responsable de privacidad de la compañía, Alma Whitten.

El buscador también insiste en que esta nueva política permitirá a sus usuarios conocer más fácilmente cómo recoge y cómo usa la compañía la información de los usuarios. "Hemos vuelto a redactar las condiciones de servicio (las que se aceptan cuando se usan sus productos) para que sean más fáciles de leer yse ha reducido su número total de forma que la mayoría de sus productos estén cubiertos por las nuevas condiciones de servicios globales", aclara la compañía.

Pese a todos estos matices, la noticia ya ha levantado las primeras voces que cuestionan la medida. En opinión de algunos expertos, la nueva política de Google supone que podrá intercambiar información personal entre los distintos servicios de la firma (Gmail, Youtube, Google+, Android, Picasa...) y, más allá de ofrecer servicios más personalizados, "la compañía tratará de aprovecharlo básicamente para su negocio de publicidad" y "puede relajar las exigencias en privacidad". Algo que Google rechaza, pues insiste que no va a combinar estos datos con los de su red de publicidad DoubleClic. La compañía también asegura que no va a compartir datos personales con terceros sin consentimiento del usuario.

Los cambios aplicados por Google también está previsto que desaten las críticas de sus competidores más directos. De hecho, ya Twitter y Facebook se han quejado de que el buscador de Google esté favoreciendo a su red social Google+ al vincular este servicio con el buscador, una medida que dicen limita la competencia. Y han creado una herramienta, junto a MySpace, que cambia los resultados de la columna donde se presentan los enlaces a Google+ por los de otras redes sociales. También hay quien recuerda los problemas a los que se enfrentó Google cuando lanzó su antigua red social Buzz y combinó su información con la de otros servicios de la multinacional. Una medida que fue rechazada por muchos usuarios.

Google, no obstante, defiende que el fin último de la medida es tratar a cada persona "como un único usuario en todos nuestros productos" para mejorar todos los servicios en conjunto. Así, explican, "sabremos si vamos a llegar tarde a una reunión basándose en tu ubicación, tu calendario y el estadio del tráfico en tu zona". Pero, ya hay medios como Forbes que aseguran que Google calienta motores para rebajar la privacidad. Y muchos expertos reclaman la opción de los usuarios de poder decidir si quieren optar por esta opción de combinar las informaciones de los servicios que utilizan o si prefieren seguir utilizando los servicios como hasta ahora.

Para Gonzálo Martín, director de Territorio Creativo, es imposible no ver este movimiento de Google dentro de la transformación de la red desde la era de los buscadoresy las webs estáticas hacia lo que se viene llamando web social, donde los usuarios recomiendan y jerarquizan los contenidos y esas recomendaciones y jerarquías son tomadas en cuenta por sus redes personales. "El crecimiento de Facebook ha puesto esto en evidencia y amenaza con ser un jugador importante del mercado publicitario en un segmento donde Google era el rey indiscutible", indica. Vamos, que la jugada de Google es también defensiva.

Además, según Martín, el internet de los últimos años está tendiendo a concentrarse en unos pocos servicios-herramienta que sirven para todas las necesidades de comunicación personales: email, chat, compilación de enlaces, escribir textos (como los blogs), servicios de voz, alquileres de películas "y casi cualquier cosa pretende pasar por estos servicios integrados". "Por tanto,disponer de términos de uso unificados permite sacar partido a servicios que hasta ahora estaban sueltos para integrar datos y funcionalidades. Que la ventana de tu servicio permanezca abierta todo el día en el navegador accediendo a todas las opciones mientras los datos de tu conducta son administrados para vender publicidad".

Desde Google se recuerda, no obstante,que algunos servicios no están afectados por estos cambios. Se trata de los servicios que pueden ser utilizados sin necesidad de registrarse, como es Youtube o el propio buscador, y otros como Google Libros, Google Chrome y el servicio de pagos Google Wallet, que quedan al margen por las cuestiones legales que les afecta específicamente. La multinacional también aclara que el usuario deberá aceptar de forma expresa que acepta las condiciones a partir del 1 de marzo. Lo tendrá que hacer a través de una ventana que se le aparecerá cuando se conecte a los servicios.

Para Martín, de todos modos, estamos ante un conflicto de difícil equilibrio porque por un lado los servicios aparentemente gratuitos de la red necesitan vender publicidad para financiarse y, sin datos que produzcan una publicidad relevante, los anunciantes encontrarían menos valor y estarían menos dispuestos a pagar por dicha publicidad. "La contrapartida" es, según explica, que, para que sea relevante, cuantos más datos se tengan de la conducta, relaciones personales e intereses de la persona, más eficiente se será, "porque personalizará más el servicio (algo en teoría, bueno para el usuario) y porque se conocerá mejor qué publicidad ofrecer".

Sin embargo, en su opinión, "esto crea efectivamente un problema serio de amenaza a la intimidad personal que dependerá de la ética del proveedor del servicio". ¿Dónde está el límite? ¿Cómo saber los datos que disponen de mí? ¿Para qué y cómo se usan? ¿Tenemos derecho a conocer el algoritmo que selecciona los contenidos que me ofrecen y que selecciona la publicidad?, se pregunta Martín, que añade que a todo ello hay que sumar que "los servicios están sometidos a leyes diferentes de las del país en las que el usuario se beneficia de las prestaciones de estas grandes empresas. Digamos que la sociedad red está en su infancia y estos asuntos serán controvertidos".

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