Chávez, límites a la nacionalización
Hay límites para la nacionalización de recursos y Hugo Chávez parece decidido a ponerlos a prueba. El líder venezolano ha presidido una constante disminución en la producción de petróleo desde que nacionalizara las operaciones de las petroleras extranjeras en el país en 2007. Ahora dice que Venezuela se retirará de un panel de arbitraje internacional a los que algunos antiguos socios petroleros de EE UU han apelado por una compensación. Chávez puede estar tentado de tratar de burlar cualquier fallo desfavorable del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), pero eso supondría un costoso error.
Las últimas amenazas de Chávez se produjeron después de que un panel independiente otorgara a ExxonMobil más de 900 millones de dólares en daños por expropiación de sus operaciones venezolanas. De juzgarse el caso de la misma manera que el de ExxonMobil, los analistas de Bank of America Merrill Lynch estiman que los daños podrían sumar un total de 3.000 millones. ConocoPhillips, otra víctima de la expropiación petrolera, podría obtener 4.500 millones, casi el 1% del PIB de Venezuela.
Chávez podría no querer pagar tanto, pero es difícil escapar a las garras del Ciadi. Los casos que ya están en marcha son vinculantes y las sanciones por incumplimiento son muy duras. La negativa daría a la parte perjudicada el derecho de exigir la incautación de activos de Venezuela por el mismo valor en cualquier parte del mundo. Las autoridades de EE UU no tendrían que ir lejos -el país sigue siendo el mayor destino del crudo de Venezuela y es el hogar de la refinería venezolana Citgo-. Los fondos que Venezuela obtiene en el extranjero podría ser también objeto de embargo, dependiendo de cómo los tribunales interpreten las leyes, según Noel Maurer de Harvard Business School. La simple amenaza de un embargo podría aumentar los costes de endeudamiento para Chávez, justo cuando en su República Bolivariana cada vez más los inversores extranjeros financian su déficit. Las amenazas de desobedecer los tratados internacionales pueden ayudar a Chávez a ganar algunos puntos en casa. Pero es probable que fracase cualquier intento de zafarse de las obligaciones de la Ciadi.
Por Kevin Allison