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Columna
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Reformismo en China

El probable próximo ministro de Finanzas chino podría suponer una victoria para los reformistas. Lou Jiwei, presidente de la Corporación de Inversiones de China (CIC), debería ocupar el cargo en la próxima ronda de cambios en el Gobierno. Jiwei ocupó uno de los puestos más globales del sistema chino y ha sido defensor de cambios fiscales. De ser nombrado, se fortalecerían la serie de reformas que están teniendo lugar en la maquinaria política china.

Lou trabajó con el anterior primer ministro Zhu Rongji, el zar económico que reestructuró las empresas públicas chinas en la década de los noventa. Guo Shuqing, otro protegido de Zhu, puso en marcha una serie de cambios tras convertirse en jefe del organismo de control de garantías hace unos meses. Los Gobiernos locales están profundamente endeudados por lo que se requerirán cambios radicales en su sistema tributario y los mercados de bonos.

Su promoción se ajusta también a la ambición de Pekín de desempeñar un papel más activo en las finanzas mundiales. El ministro de Finanzas solía ser un papel muy doméstico de supervisión de presupuestos y políticas fiscales. Pero las reuniones de los ministros de Finanzas de alto perfil del G-20 han aportado una dimensión exterior. El CIC, bajo el mandato de Lou, ha acogido una serie de conferencias globales sobre fondos soberanos, mientras que Lou se ha presentado en los foros internacionales y ha escrito artículos pidiendo la apertura de la cuenta de capital de China. Un solo hombre puede hacer mucho. Los ministros de Finanzas de China, por lo general, juegan un papel muy secundario respecto a los asuntos económicos. También queda por ver si Lou tiene estómago para abordar las difíciles reformas que ha defendido en el pasado. Pero si Lou recibe la llamada para ocupar el puesto, sería una señal positiva de que Pekín se está tomando en serio las reformas más audaces.

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