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Balance 2011. La apuesta por la austeridad

Apretarse el cinturón, la receta de Europa para salir de la crisis

El control del déficit y la reducción de la deuda han sido los ejes que han marcado una política económica en la que los ajustes se extendieron a todos los países de la eurozona, con España, Italia y Portugal a la cabeza

Los recortes han sido los protagonistas del año que termina en la zona euro. La receta para aliviar la crisis de deuda ha sido unánime: apretarse el cinturón. Y lejos de decir adiós a esta corriente, lo que queda por venir será más de lo mismo, a tenor de las últimas medidas anunciadas en España y del resultado de la tan esperada cumbre de Bruselas del pasado diciembre para refundar el euro, donde se apostó sin paños calientes por la austeridad y la disciplina fiscal, aun a pesar del riesgo colectivo de recaída en la recesión económica.

Si Grecia, Irlanda y Portugal eran a comienzos de 2011 los países en el ojo del huracán, pronto se sumaron España e Italia, que por su tamaño y volumen de deuda ponían en jaque al conjunto de la zona euro. La presión se trasladó incluso a Francia, hasta el mismo corazón de Europa, y desató una corriente de reformas, centradas en el recorte de gasto, para contener el ataque a la deuda pública.

Siguiendo la tesis de Angela Merkel, es decir, mano dura y disciplina fiscal, la última cita europea del 9 de diciembre lo dejó claro: habrá sanciones para quienes no cumplan con la regla de oro del equilibrio presupuestario.

Rajoy emprende recortes de gasto y subida de impuestos para afrontar un déficit superior al previsto, del 8% en 2011

España. Recortes de 8.900 millones para un déficit del 8%

El panorama que se presenta para España en los próximos meses es cuanto menos desolador. Acosado por cinco millones de parados y con la recesión a la vuelta de la esquina, el nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy afronta el objetivo de reducir el déficit hasta el 4,4% para 2012. Pero conseguirlo no será una tarea fácil y más tras conocerse el viernes que 2011 cerrará con una previsión de déficit del 8%, casi dos puntos más de lo estimado por el Gobierno anterior.

Los primeros pasos comenzaron a darse esta semana después de que el Consejo de Ministros anunciara un conjunto de recortes por valor de 8.900 millones de euros. Entre las iniciativas más importantes se encuentra además la subida del IRPF en las rentas del trabajo y del capital y del impuesto sobre bienes inmuebles, que dará ingresos de 6.200 millones de euros.

Estas medidas contradicen las palabras de Rajoy de hace menos de una semana cuando afirmaba que no subiría los impuestos. Como complemento a la política impositiva figuran la congelación de los sueldos a los funcionarios y del salario mínimo interprofesional y la tasa de reposición cero para los funcionarios. Aun así, el Gobierno recupera el poder adquisitivo de las pensiones y prolonga la ayuda de 400 euros a los parados que agotaron la prestación.

Pero el recorte de gasto anunciado el viernes -centrado en la Administración-, junto con la subida de impuestos, suma recursos para combatir el déficit por 15.100 millones de euros, una cuantía que se presenta como insuficiente para cumplir con el objetivo de déficit del 4,4% al cierre de 2012. Pasar del 8% actual a esa otra cifra exigiría grosso modo un recorte adicional de más de 20.000 millones de euros, teniendo en cuenta que cada décima de déficit público supone alrededor de 1.000 millones de euros.

Portugal. Privatizaciones para liquidar el agujero presupuestario

"Emergencia nacional", esa es la expresión con la que el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, definió el futuro de la economía lusa. Según las previsiones de la Comisión Europea, en 2012 se espera una contracción económica del 3% para el país vecino. Las reformas puestas en marcha por José Sócrates, que dimitió tras la imposibilidad de sacar adelante su programa de ajustes de 80.000 millones de euros, y Coelho no han sido suficientes.

El pasado mes de noviembre un nuevo problema volvió a salir a flote y no ha hecho más que agravar la situación: un agujero presupuestario de 3.000 millones de euros. La consecuencia más inmediata fue un endurecimiento del programa de reformas.

El aumento del copago sanitario, la subida del IVA hasta el 23%, la eliminación de la paga extra a los funcionarios que cobren más de 1.000 euros, el recorte del salario de los empleados del sector público en un 5%, así como el aumento de la jornada laboral en el sector privado y el abaratamiento del despido son las últimas actuaciones del Ejecutivo para intentar remediar la coyuntura.

Una de las peticiones de la UE, el BCE y el FMI fue el desarrollo de un plan de privatizaciones en el que se incluían las eléctricas EDP y REN. Hace una semana el Estado luso y la china Three Gorges llegaron a un acuerdo que le permitirá a Portugal conseguir 2.690 millones de euros por la venta de su participación.

Italia. Acosada por una deuda equivalente al 120% del PIB

El pasado 22 de diciembre el Senado italiano dio luz verde al plan de ajuste presentado por Mario Monti. Días antes la Cámara de los Diputados había dicho sí a un programa que pretende ahorrar 30.000 millones de euros hasta 2014, 12.000 de ellos procederán de la reducción del gasto público y 18.000 millones, de la recaudación.

Dos meses antes la mala gestión económica desarrollada por el ex primer ministro, Silvio Berlusconi, y la presión insoportable sobre la prima de riesgo explotó hasta acabar forzando la dimisión de Il Cavaliere. A partir de entonces, el Ejecutivo tecnócrata de Monti pasó a ser el encargado de reconducir la situación de un país que acumula una deuda equivalente al 120% del PIB y que se ha asomado preligrosamente al abismo del impago. Pero las expectativas levantadas por el cambio de Gobierno no han servido para calmar la situación de un país que en 2012 tendrá que hacer frente a unos vencimientos de deuda pública de 202.000 millones de euros, 53.000 millones solo en el primer trimestre. Reflejo de este desafío es el nivel de la prima de riego italiana, que cierra el año por encima de los 500 puntos básicos, y del bono a 10 años, en el 7%.

La solución pasa de momento por un retraso de la edad de jubilación, la reintroducción del impuesto de bienes inmuebles sobre la primera vivienda, la subida del IVA, la congelación de las pensiones y una tasa del 0,4% para los capitales evadidos. El primer ministro italiano ha lamentado el incremento impositivo, pero reconoce que "sin disciplina fiscal no hay crecimiento".

Irlanda. Las ventajas de una economía abierta

Irlanda es la excepción dentro del mapa de los países rescatados. Un año después de ser intervenida ha conseguido distanciarse del camino abierto por Grecia y retorna a la senda del crecimiento. Se espera que cierre el año con un aumento del PIB del 1% gracias a la apertura al exterior y el atractivo que representa para muchas empresas su exiguo impuesto de sociedades.

Pero este progreso no ha eximido ni mucho menos al Ejecutivo de aprobar nuevos recortes. Además del exigido por la UE y el FMI para la recepción de una ayuda por 85.000 millones de euros, a comienzos de diciembre Irlanda anunció un nuevo plan de austeridad para recaudar 1.400 millones el próximo año.

La fórmula elegida pasa a ser la misma que las emprendidas en otros casos, es decir, recortes sociales que se añaden a la rebaja del gasto en infraestructuras.

En noviembre de 2010 la difícil situación que vivía la banca por el elevado endeudamiento que trajo consigo el estallido de la burbuja inmobiliaria fue la chispa que encendió la mecha. El país que dirigía Brian Cowen pasaba a ser el segundo intervenido y tendría que afrontar un duro plan de ajuste. Ese programa de reformas incluía el despido de 24.750 funcionarios, el endurecimiento del sistema impositivo y el retorno del IVA a niveles de 2006.

El impuesto de sociedades que tantos beneficios reporta a Irlanda permaneció inalterado a pesar de las constantes presiones de Bruselas y el recelo de algunos países como Francia que lo tachan de competencia desleal. A día de hoy permanece en el 12,5%, pero se verá amenazado por el proyecto de convergencia fiscal por el que aboga Angela Merkel.

Francia. Austeridad presupuestaria para conservar la triple A

Los problemas económicos y la elevada exposición a la deuda italiana y griega pasan factura a la economía francesa. La prueba más fehaciente son las sucesivas advertencias recibidas por las agencias de calificación. La última de ellas, Fitch, que advirtió del peligro cada vez más inminente de la pérdida de la triple A.

Pero Nicolas Sarkozy no se da por vencido. Tras anunciar un plan de ajuste en agosto con el que recaudar 12.000 millones de euros en dos años, en noviembre, el ministro de Finanzas, François Fillon, anunció una segunda oleada de recortes. Esta vez el gasto se reduciría en 8.000 millones gracias a la subida del IVA, el impuesto de sociedades y el paso de la tijera por el sistema de la seguridad social. El próximo año 2012 parece que seguirá la misma tendencia, pues, según lo señalado por Fillon, los presupuestos serán uno de los más austeros desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Y Bruselas estima un crecimiento inferior al 1%.

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