El Banco de España replica al nuevo gobierno y apuesta más por el alquiler
Aviso del Banco de España al Gobierno de Rajoy: los incentivos a la compra de vivienda pueden volver a dañar la economía y alimentar burbujas inmobiliarias. El supervisor nacional aboga por reformas para impulsar el alquiler.
Primera regañina del Banco de España al nuevo gobierno de Mariano Rajoy. En su último boletín económico, la institución es tajante al señalar el daño que pueden volver a hacer a la economía las políticas pro propiedad de la vivienda, culpables en parte de la burbuja inmobiliaria que podría volver a alimentarse. Precisamente una de las medidas estrella del PP es la recuperación de la desgravación fiscal por compra de vivienda, que Zapatero limitó a las rentas superiores a 24.000 euros a partir del 1 de enero de 2011, además de la prórroga un año más del IVA al 4% para vivienda nueva.
En opinión del Banco de España, un peso excesivo de la compra hace que la economía sea más vulnerable ante las subidas de los tipos de interés y conduce a más apalancamiento de las familias y a menos consumo. Por ello, con la economía patas arriba y de nuevo en contracción en el último trimestre, según ha confirmado el supervisor, recomienda reformas para impulsar el alquiler y menos incentivos a la compra.
Con esta receta pretende matar dos pájaros de un tiro: corregir los desequilibrios del mercado de la vivienda y reducir el desempleo. Considera que en aquellos países con un reducido peso del alquiler -en España ha rondado el 10% del parque de vivienda en los últimos años- son necesarias "políticas públicas adecuadas" que lo conviertan en una alternativa a la propiedad "a largo plazo". A su vez, el alquiler favorecería la movilidad laboral y permitiría reducir el paro. Asimismo, cree que facilitaría el acceso a una residencia a las personas sin trabajo, especialmente los jóvenes.
El Banco de España quiere evitar errores del pasado que han aflorado con la crisis financiera y económica y ahora se están pagando, con un sector inmobiliario en shock y miles de familias que han perdido sus viviendas, ahora "activos tóxicos ligados a la financiación hipotecaria" en manos de la banca.
En primer lugar, estima que un alto porcentaje de vivienda suele dar lugar a un mercado laboral "menos dinámico y eficiente", ya que los altos precios de la vivienda no incentivan el cambio de residencia, y añade que este efecto se mitigaría si el coste de los inmuebles "fuese reducido".
Además, indica que este tipo de mercado hace que muchas familias estén endeudadas y que se vean "especialmente afectadas" por las subidas de los tipos de interés, más aún si contratan hipotecas a tipo variable (como ha sido el caso de España), con el consecuente efecto negativo sobre el consumo.
Asimismo, el banco emisor indica que en mercados con alto peso de la vivienda en propiedad se producen "sesgos impositivos" que pueden favorecer burbujas y la adquisición de viviendas con fines especulativos, hasta el punto de que resulte más ventajoso mantener una vivienda vacía que alquilarla.
Políticas "insuficientes"
El Banco de España propone por el lado de la oferta una imposición más equilibrada entre compra y alquiler, subsidios a los inversores, protección a los propietarios de vivienda en alquiler o mejoras de la eficiencia del sistema judicial. Por el lado de la demanda, apuesta por exenciones de impuestos, subsidios y regulación de los alquileres.
Recuerda las políticas fiscales llevadas a cabo para promocionar el mercado del alquiler de vivienda, como la reducción de los incentivos fiscales a la compra, la introducción de ayudas directas al alquiler (como la Renta Básica de Emancipación) y, en menor medida, las mejoras legislativas y judiciales. No obstante, considera, en general, los avances realizados para impulsar el mercado del alquiler en España "limitados" e "insuficientes".