Un sueño hecho realidad con cuatro años de retraso
Alberto Ruiz-Gallardón (Madrid, 1958), ha logrado cumplir dos de los sueños que le habían obsesionado: dar el salto a la política nacional y convertirse en ministro. Su nombre sonaba para Defensa, pero finalmente se convertirá en el titular de Justicia, una cartera que por estudios, licenciado en Derecho por la Universidad San Pablo CEU y primera vocación -ejerció brevemente como fiscal en la Audiencia Provincial de Málaga-, se adecúa más a su perfil.
Al igual que ocurrió con su padre, José María Ruiz-Gallardón, la política ha marcado su vida desde que en 1983 ascendió a concejal en el Ayuntamiento de Madrid. Presidente de la Comunidad de Madrid durante ocho años y alcalde de la capital desde 2003, Ruiz-Gallardón verá recompensada su larga espera en política nacional, que casi queda truncada tras el altercado protagonizado en 2008 con su rival Esperanza Aguirre, cuando ambos pidieron ir en las listas del Congreso.
Para templar gaitas, la dirección del PP cogió el camino de en medio y optó por no contentar ni a uno ni a otro. Fue uno de sus momentos más amargos, donde incluso amenazó con dimitir. Rajoy le pidió entonces que no lo hiciera y que se mantuviera en segundo plano, a la espera de una oportunidad que llegaría. Tras la designación como titular de Justicia, Gallardón está obligado a dejar la alcaldía de Madrid, que con toda probabilidad recaerá en la tercera teniente de alcalde, Ana Botella.
Sus primeros retos en Justicia serán desbloquear la renovación del Tribunal Constitucional, una hazaña que deberá estar lista en un plazo urgente de tres meses, y devolver a la justicia la confianza que parece haber perdido entre los ciudadanos. Para ello, además, de convencer con sus dotes comunicativas a sus seguidores, necesitará desatascar la maraña de litigios pendientes de resolver con nuevas normas. La Ley de Mediación y Arbitraje y Ley de Jurisdicción Voluntaria serán, por tanto, los asuntos próximos de su agenda.
El defensor de los Juegos Olímpicos de Madrid, que parecen no llegar nunca, padre de cuatro hijos y casado con María del Mar Utrera, hija también de exministro, por fin, parece haber cumplido su sueño.