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Columna
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Alemania sigue adelante

La previsión del Bundesbank de que la economía alemana crezca a un magro 0,6% del PIB puede ser pesimista. Si la eurozona se mantiene en su lugar, sus problemas pueden beneficiar a Berlín. El euro se mantendrá débil, mientras que Alemania disfrutará de ventajas en los costes financieros respecto a sus vecinos.

Puede que el año próximo se observen exportaciones alemanas crecientes y una economía cada vez más resistente. La trayectoria de la economía alemana en 2012 depende de la suerte de la eurozona. Si se somete a una división ordenada, Alemania podría perder competitividad a medida que el euro se revaloriza sobre otras economías. Si el euro se rompe, una masiva suspensión de pagos podría provocar una recesión en Europa lo suficientemente dura como para arrastrar a Alemania. Pero si el euro se mantiene en su lugar, Alemania estará en una posición competitiva excelente. Tanto Francia como Europa del Sur, competidores importantes, sufrirán mayores costes de financiación, mientras que el euro se mantendrá lo bastante débil para mantener competitivas las exportaciones alemanas a EE UU y los mercados mundiales.

Ante esta realidad, la previsión de crecimiento del Bundesbank parece muy baja. Se prevé que el crecimiento mundial se sitúe en el 4% en 2012 y EE UU parece más sólido que hace unos meses. Por lo que las exportaciones germanas deberían continuar creciendo a buen ritmo. A nivel interno, el Bundesbank pronostica que el desempleo continúe disminuyendo.

Eso debería impulsar la demanda y contrarrestar la modesta austeridad del sector público. Existen riesgos para estos pronósticos. Incluso si se evita un colapso, las demandas de la eurozona al erario público alemán podrían debilitar su posición económica, mientras que las llamadas a que Alemania reduzca su superávit exportador también son una amenaza. Pero la canciller Merkel se ha convertido en una experta en decir ein. Una habilidad crucial para preservar la salud de la economía alemana.

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