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Columna
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Repsol salva a Sacyr de los acreedores

Repsol ha decidido poner orden al lío de Sacyr. La petrolera española recomprará el 10% de sus propias acciones por 2.600 millones de euros. Esto permitirá a Sacyr llegar a un acuerdo con sus bancos acreedores para refinanciar parcialmente su préstamo de 4.900 millones de euros.

En teoría, el préstamo era problema de Sacyr. Expiraba el 21 de diciembre y Sacyr se estaba quedando sin opciones para repagar. El 20% que Sacyr posee de Repsol valía unos 5.400 millones, muy por debajo de los 6.500 millones que la constructora pagó en 2006. Sacyr esperaba encontrar un comprador industrial para parte de su participación, con la ayuda de Repsol, pero se quedó sin tiempo. Una venta acelerada en el mercado se hacía difícil dado el fino volumen de negocio a finales de año. Sin algún tipo de solución, Repsol se veía a sí misma con 38 bancos descontentos controlando una quinta parte de su capital. Añadiendo mayor complejidad, los argumentos sobre el valor de las garantías de Sacyr podrían haber prolongado la batalla legal entre la empresa y sus bancos. Así que la solución de la recompra por parte de Repsol puede haber resultado la manera menos incómoda.

Probablemente Repsol puede permitírselo, ya que tiene una deuda neta equivalente al 8% de su capital empleado tras haber vendido una parte de su negocio en Brasil el año pasado. Pero la adquisición de una gran parte de las acciones, incluso con un descuento del 5% no supone un gran uso de su caja, en particular dada la reciente volatilidad en el precio, y el abultado programa de inversión de Repsol. La petrolera mantiene sus opciones abiertas, pero cancelar la totalidad o parte de las acciones sería una buena manera de impulsar la rentabilidad por acción.

Mientras tanto, el acuerdo permite a Sacyr refinanciar el resto de deuda y vivir para luchar otro día, aunque se enfrenta a una gran minusvalía en la venta. Los bancos obtienen algo de dinero y España evita que una empresa explote justo antes que el nuevo Gobierno asuma el control. Se trata de un resultado relativamente limpio, aunque no del todo satisfactorio.

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