Hacia una nueva Ley de Mediación y Arbitraje para descongestionar la justicia
Como hombre de leyes y registrador que es, Mariano Rajoy fue tajante en la valoración que hizo en su investidura sobre el asunto de la justicia. "De acuerdo con el Informe global de competitividad del World Economic Forum, España ocupa el puesto 63 entre 142 países de eficiencia del marco jurídico en la solución de controversias", y apostilló: "Lisa y llanamente, esto no puede seguir así".
Abogó por un "marco normativo claro, formado por menos y mejores leyes", según él mismo expresó. Consideró importante reducir la litigiosidad y anunció para conseguirlo "la aprobación de una nueva Ley de Mediación y Arbitraje como mecanismos de solución extrajudicial de conflictos, así como una Ley de la Jurisdicción Voluntaria".
El próximo presidente del Gobierno también destacó que será necesario simplificar los procedimientos, reforzando el principio de oralidad y revisando el sistema de recursos. En este ámbito, Mariano Rajoy propuso "incorporar los juicios rápidos en el ámbito civil".
Para el futuro máximo responsable del Ejecutivo, la administración de justicia debe ser un servicio público y de calidad y, por tanto, debe ser "cercano a las nuevas tecnologías". Entre los grandes retos que esta administración de justicia se plantea, el líder del PP destacó el uso eficiente y coordinado de las nuevas tecnologías. Para Rajoy resulta imprescindible "compatibilizar los ocho sistemas informáticos actuales", que en estos momentos son incompatibles entre sí.
Sobre la Nueva Oficina Judicial, puesta en marcha por Francisco Caamaño, explicó que debe seguir un modelo que asegure la unidad de gestión en todos los órganos jurisdiccionales.
Por último, Rajoy habló de la necesidad de tener una justicia profesional, especializada y eficaz, además de creíble, por lo que apostó por la reforma tan esperada del Tribunal Constitucional.