España sufrirá en 2012
La realidad económica española es dolorosa, por más que algunos economistas se empeñen en dulcificarla, utilizando estribillos al estilo Obama o resaltando el éxito de algunas multinacionales españolas, como si eso fuese sinónimo de que querer es poder. Los datos de coyuntura nacionales, pero especialmente los de la zona euro y también los de otras economías de nuestro entorno, confirman que la recesión ha llegado, y anticipan un año 2012 realmente negativo, algo que algunos ya previmos a principios de 2011.
La actual combinación de políticas fiscales restrictivas, y monetarias expansivas, junto a los ajustes a la baja de rentas y salarios, han logrado provocar una nueva depresión económica global. Aquellos que no fueron capaces de prever y anticipar la actual crisis económica sistémica siguen, sin embargo, imponiendo sus recetas económicas. Lo más urgente para una reactivación económica en el largo plazo pasa por una reordenación y reducción del tamaño del sistema financiero mundial, que además conlleve una disminución de la deuda privada y pública existente, y donde los acreedores sufran la correspondiente quita. Sin embargo, y tristemente, aún no se ha hecho nada en este sentido.
Para España, lo más importante, en el corto plazo, es que el sistema financiero está muy dañado, que la demanda interna está hundida, que el mercado laboral no puede recuperarse, salvo si se reactivase una burbuja similar a la ya vivida, y que la UE está también en fase recesiva. El indicador EuroCoin referente a la zona euro, publicado mensualmente por el CEPR, correspondiente al dato de noviembre, y como era de esperar, apunta a un crecimiento tendencial intertrimestral de largo plazo negativo, concretamente -0,20%, muy alejado del máximo de abril de 2010 próximo a +0,80%, siendo el dato más bajo desde septiembre de 2009. Confirma ya no solo la desaceleración notoria de la zona euro, algo que con los datos conocidos del PIB del tercer trimestre es ya una realidad.
Con estos antecedentes, la realidad económica española, inmersa además en un cambio de Gobierno, es muy delicada. Los últimos datos conocidos de crecimiento, estancamiento en el tercer trimestre, los de empleo, una fuerte caída de más del 3,9%, y los de actividad productiva, la producción industrial de octubre retrocedió más de un 4% anual, son señales claras de que la recesión ya ha llegado.
Las medidas anticíclicas están ayudando a ahondar más en este ciclo bajista, recortando prestaciones, salarios, rentas, o lo que es lo mismo, una fuerte reducción de renta bruta disponible, lo que unido al desplome de la riqueza inmobiliaria configuran un cuadro muy negativo. Si a esto unimos que los agentes más endeudados, empresas y familias, apenas pueden desapalancarse, estamos ante uno de los peores escenarios para encarar el año 2012.
Conforme a este nuevo escenario, la tasa de crecimiento del PIB esperada para 2011 se reduce hasta el 0,3%, pero la correspondiente a 2012 se recorta hasta un -0,7%. La previsión de crecimiento para el consumo de los hogares se ha recortado hasta un -0,2% este año. Esta variable continuará en tasas negativas durante los próximos trimestres, lo que conllevará un decrecimiento del 0,5% para el conjunto del ejercicio 2012.
La previsión para la formación bruta de capital fijo en bienes de equipo y otros productos para 2011 se queda en un 0,9%, como consecuencia del fuerte crecimiento registrado en el tercer trimestre del año, en contra de lo previsto. Sin embargo, el endurecimiento de las condiciones de financiación y el empeoramiento del clima general no permiten vislumbrar una continuación de la moderada tendencia expansiva exhibida por esta variable el año pasado y el actual, de modo que para 2012 esperamos un -1,5%.
En cuanto a la inversión en construcción, la dificultad de una reactivación de la actividad inmobiliaria, unido al inevitable recorte de la inversión pública en infraestructuras, apuntan a una continuación de las caídas con tasas del -8,3% y del -8,5% para el ejercicio actual y el siguiente, respectivamente. El conjunto de la formación bruta de capital fijo se contraerá en un 5,9%. Las exportaciones van a ralentizar su crecimiento desde un 9% previsto para este año hasta un 4,1% para el próximo, mientras que las importaciones pasarán de registrar una tasa positiva del 0,7% en 2011 a un -2,5% en 2012. El patrón de aportaciones al crecimiento seguirá siendo el mismo: negativo para la demanda nacional (-1,7% en 2011 y -2,5% en 2012) y positivo para la demanda exterior.
En conjunto, el escenario realista para España es muy negativo y obviamente no se solventará en solitario, pero especialmente no mejorará con medidas drásticas de austeridad, que son las que se anunciarán en vísperas de Nochebuena. Pero eso es lo que creen que han votado los españoles/as.
Alejandro Inurrieta. Director ejecutivo de Inurrieta Consultoría Integral