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La desconfianza persiste y mantiene casi cerrado el mercado de financiación

¿Por qué la bajada de tipos apenas tendrá impacto?

El mercado descuenta que el BCE recorte este jueves los tipos de interés en una cita crucial para Europa, previa a la decisiva cumbre de la que se espera el principio del fin de la crisis de deuda. Pero ¿de qué sirve una rebaja de tasas rectoras si no se traslada a la economía real? Los inversores se guardan su dinero ante la reinante desconfianza y las entidades siguen encareciendo el poco crédito que conceden.

Mario Draghi, presidente del BCE
Mario Draghi, presidente del BCE

Bajan los tipos de interés. Sí. Pero el dinero sigue sin fluir. Ni en los mercados financieros ni en la economía de a pie. ¿Por qué la revisión a la baja de las tasas rectoras no se traslada a la inversión ni al consumo? Pese al inesperado recorte de tipos del 1,5% al 1,25% llevado a cabo en noviembre por el nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y al más que probable nuevo descenso del precio del dinero en la cita clave de este jueves, lo cierto es que el mercado de financiación mayorista permanece prácticamente cerrado. Las entidades siguen desconfiando a la hora de prestarse entre sí y no solo mantienen bajo llave el crédito, sino que además encarecen el poco dinero que están dispuestos a conceder. ¿Qué está fallando? Los expertos lo tienen claro: el riesgo soberano tiene la culpa.

Aunque las primas de riesgo han dado una tregua en los últimos días por las esperanzas de que esta semana se asienten las bases de una nueva Unión Europea, la desconfianza es difícil de aplacar por completo. Más aún cuando un portavoz alemán ha rebajado hoy las expectativas de éxito de la cumbre y ha vuelto a golpear el riesgo país y las Bolsas. ¿Cuántas veces se han visto las caras los líderes europeos este año para salvar el euro? Y ¿cuántas veces la tormenta ha vuelto a desatarse pese a los esfuerzos por reconducir la crisis de deuda? ¿Será la cita del 8 y 9 de diciembre la definitiva? Parece que esta vez hay más motivos para el optimismo. Las propuestas franco-alemanas para una mayor disciplina fiscal han tenido buena aceptación y han logrado calmar las aguas. Pero todo puede darse la vuelta y la experiencia de la crisis dice que los mercados necesitan algo más. De nada sirven las palabras si no resuelven a la larga el quid de la cuestión: la ausencia total de crédito que ahoga al sistema.

Las tensiones en el mercado interbancario impiden que las entidades se presten con normalidad y que la revisión a la baja de los tipos de interés se traslade a la economía real. El euríbor, índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España, no termina de enfilar la tendencia bajista que teóricamente conlleva un recorte de tipos de un cuartillo de punto como el acometido el mes pasado. Es más, en lo que va de mes de diciembre solo hoy ha registrado un descenso diario, de apenas una milésima, hasta el 2,039%. El resto de días ha repuntado. Un comportamiento inusual teniendo en cuenta que el mercado da por descontado este jueves un nuevo recorte de tipos mínimo de otro cuartillo de punto. Incluso algunos expertos creen que la rebaja puede ser mayor, de medio punto, hasta un histórico 0,75%.

La realidad es que el miedo persiste y cualquiera que se acerque a un banco o caja para pedir un préstamo se encuentra con exigencias de solvencia difícilmente superables y créditos cada vez más caros. Baste como ejemplo que las hipotecas han disparado sus diferenciales sobre el euríbor en los últimos meses.

Además, la incertidumbre mantiene el dinero de los inversores en el bolsillo. Dinero hay, a tenor de la barra libre de liquidez para la banca y de unos tipos de interés de deuda negativos en países como Alemania, Estados Unidos o Suiza, pero no encuentra destinos seguros. La inseguridad retiene el capital aún con tipos más bajos o inyecciones de liquidez.

"A pesar del recorte de tipos, no hay una correa de transmisión a la economía real, como demuestra el reciente repunte del euríbor y el aumento de los costes de financiación", sostiene Natalia Aguirre, de Renta 4. En su opinión, lo que hace falta es que se elimine el riesgo soberano para que fluya de nuevo el crédito. En el contexto actual, explica, "esto supone que se limpien los balances de los bancos, los activos tóxicos como los inmobiliarios, para que los bancos no tengan tantas dificultades de financiación y no las trasladen a los clientes". Para Aguirre, la solución para ganar confianza y rebajar firmemente las primas de riesgo pasa por una mayor convergencia fiscal en el eurozona y una "actitud más proactiva" del BCE.

José Luis Rodríguez Campuzano, estratega de Citi en España, también cree que el BCE debe ser más activo contra la especulación y desconfianza del mercado para lograr el objetivo de estabilidad financiera. "Pese a las medidas de liquidez aprobadas desde la autoridad monetaria, el mercado financiero está casi cerrado", afirma. Por ello, Campuzano aboga por que el BCE "doble la inyección de liquidez a la banca, tanto en importes como en duración, y emprenda de forma más decisiva la batalla para contener de verdad la tensión en el riesgo país". El analista que estas medidas servirán para relajar el mercado, pero advierte de que llevarán tiempo.

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