"En España necesitamos una ley de mecenazgo"
Quiere acercar el arte al gran público y asegura que en algunas casas hay tesoros.
A sus 42 años, lleva trabajando 20 en el mundo del arte. María Porto (Madrid), esposa de Francisco Álvarez-Cascos, exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar y actual presidente del Principado de Asturias, comenzó en la recepción de la galería Marlborough donde llegó a ser su directora general. Hace poco creó su propia empresa de asesoramiento en el mundo del arte, Aqualium, y desde el jueves es el alma máter de la recién estrenada galería de El Corte Inglés, el Espacio de las Artes.
¿Qué ha buscado en este Espacio de las Artes?
La idea es trabajar con todos los artistas del mundo, no queremos una galería cerrada con solo 10 o 15 profesionales. También vamos a asesorar. Si alguien tiene una colección y le falta alguna determinada pieza, le vamos a ayudar. Además, es diferente la accesibilidad al estar dentro de un centro comercial. Es un espacio bien cuidado, con los precios puestos en cada obra, por lo que no serán un misterio, como en muchas galerías. Tampoco tenemos un problema en explicar al visitante lo que necesite.
¿Con qué artistas contarán?
Artistas noveles y consagrados. Vamos a descubrir nuevos y también traeremos a internacionales. Trabajaremos con fotografía, pintura, grabado, escultura o dibujo.
¿El precio será más accesible que una galería convencional?
Tenemos grabados desde 100 euros hasta lo que el cliente quiera.
¿Y qué les diferencia?
Tal vez, por mi trayectoria profesional, porque comencé en una galería ligada a Nueva York, creo en el arte público y en acercarlo a la gente. En EE UU está al orden del día que se devuelva a la sociedad lo que te ha dado, por lo que se puede estar en un café y disfrutar de una obra al lado porque el dueño del edificio la haya puesto allí. A lo mejor podemos ayudar a la gente a perder el miedo para comenzar a comprar obras. Cosas como qué es un grabado a mí me lo explicó mi padre. Tuve la suerte de que fuera un enamorado del arte y que me llevara los domingos a la cuesta de Moyano y al Museo del Prado. Pero la gente tiene poca formación en arte y tiene un cierto vértigo a entrar en un espacio cerrado y sin precios. Le da miedo preguntar, porque tal vez crea que se van a reír de él. Si a mí alguien me explicó la diferencia entre un dibujo y un grabado, me encanta poder explicárselo a otro.
¿Qué parte de empresario debe tener un galerista?
Lo primero que debe tener un galerista es ilusión. Lo demás llega solo. Debe tener formación y que le emocione lo que hace. Yo, cuando cierro, me voy a ver algún museo. Ser galerista es una manera de vivir y es un privilegio, el estar con los artistas en el estudio, ver sus dudas, cómo trabajan.
¿Se sigue formando?
Procuro ver todas las exposiciones que hay, escaparme a todas las ferias internacionales, leerme todas las revistas nacionales e internacionales, en Twitter sigo a todos los museos del mundo. Procuro hacer escapadas a Nueva York, que es la efervescencia del mundo del arte, junto con Berlín. Hablo mucho con los artistas, que son una gran fuente de inspiración, ya que después de 20 años tengo el privilegio de ser amiga de la mayoría de ellos. En este mundo no paras nunca de formarte y de leer. Siempre sale un artista nuevo, un movimiento nuevo.
¿Hay buenas galerías en España?
Desde que empecé en 1992, este país ha cambiado muchísimo. No tenemos los coleccionistas de EE UU ni el poder adquisitivo, pero en estos 20 años he visto un cambio radical. La gente está comprando más y mejor, y se asesora. Los galeristas y los coleccionistas se han profesionalizado.
¿Cómo ha afectado la crisis?
Es muy difícil que siga funcionando el sistema de una exposición cada dos meses, con unos artistas limitados. La crisis nos ha afectado a todos. Sin embargo, hay mucha gente invirtiendo en arte y hay récords históricos en subastas. No recomiendo a nadie que se compre una obra solo como inversión, pero al final, si compras arte de un determinado nivel, estás invirtiendo.
Es cierto que esta no es una pregunta que se haga habitualmente a los hombres, pero ¿usted cómo concilia su vida familiar con tanto viaje?
Como todas las mujeres, locas. Tengo el privilegio de tener a alguien en casa que me ayuda y una madre santa de la generación que no trabajaba. E intentando que los hombres nos echéis una mano. Como llevo trabajando desde los 22 años, no me planteo otra vida que esta. Si un día dejas al niño echo polvo con fiebre, pues llamo desde cada esquina. Las mujeres de mi generación teníamos claro que íbamos a ir a la universidad y tener una vida profesional. Es algo absolutamente normal y que llevo en la mochila, con días mejores y peores. No me quejo.
En su profesión hay más mujeres.
Sí, hay más. No sé si es muy correcto políticamente, pero tal vez somos más sensibles y el trato con los artistas es más especial. Las mujeres estamos acostumbradas a hacer cien mil cosas a la vez, el mundo de la galería es eso, el trato con el artista, el momento creativo, animarle, ir con él, ver al cliente.
¿Y el artista ha cambiado? ¿Es un hombre torturado y que pasa hambre?
Por desgracia, siguen sufriendo. Debe ser duro ver cada día el lienzo en blanco. A un artista se le examina en cada exposición, depende de la crítica, se deja el alma en su proceso creativo, busca el camino para su evolución. Entiendo que tenga esa parte de tortura. Obviamente, ahora hay un circuito comercial y algunos pueden vivir de ello. Es una carrera dura, muy dura, y no todos llegan.
¿Por qué no vemos aquí grandes obras donadas a museos?
Estuve en Dallas hace poco y en un museo había 10 pollocks. EE UU tiene una ley de mecenazgo fuerte y la educación de devolverle a la sociedad lo que han recibido. En España, los museos todavía son estatales y la crisis les afecta.
¿Y hay grandes obras en domicilios particulares españoles?
Sí. Nos sorprenderíamos. Lo que nos dedicamos a esto somos como confesores, les asesoramos de forma discreta.
¿Por qué no donan?
En EE UU hay un montón de beneficios fiscales cuando cedes una colección. Hay una tradición. Lo primero que tiene que haber en España es una ley de mecenazgo. Nos iremos educando. Si tienes una colección maravillosa, ¿por qué no la donas a un museo?