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Reino Unido

Cameron echa un pulso a los funcionarios británicos

La mayor huelga desde 1979 no impide que el Ejecutivo conservador mantenga los recortes en el sector público

"A pesar de la decepción del partido de la oposición, que apoyo estas protestas dañinas e irresponsables, parece que la huelga ha quedado en papel mojado". Así reaccionó ayer el primer ministro británico, David Cameron, al paro de funcionarios que empujó a la calle a miles de empleados públicos.

Un día antes de la huelga, el Gobierno conservador del Reino Unido, anunció que el sueldo de los funcionarios -congelado para este año y el siguiente- solo se incrementará en un 1% en 2013 y 2014. Además, el ministro de Hacienda, George Osborne, anunció que el sector público perderá 700.000 empleos en los próximos años en lugar de los 400.000 anunciados con anterioridad.

Por otra parte, los funcionarios también protestan por el incremento de las contribuciones sociales y el aumento de la edad de jubilación. En cualquier caso, Cameron, quitó importancia a las manifestaciones. Como es habitual, los sindicatos y el Gobierno discreparon sobre el impacto de la primera huelga masiva convocada en el Reino Unido en más de 30 años, a la que estaban llamados más de dos millones de funcionarios públicos. El Ejecutivo de Cameron estimó que tan solo un tercio de los funcionarios secundaron ayer la huelga. En cualquier caso, informó del cierre total o parcial de 19.000 de las 21.700 escuelas que hay en Inglaterra y Gales, así como de la cancelación de 6.000 operaciones no urgentes frente a las 30.000 previstas. La situación en el aeropuerto de Heathrow, donde se preveían cancelaciones masivas, fue de relativa normalidad. "Quiero dar las gracias a esas personas, entre las que se incluyen varias del número 10 de Downing Street, que están ahora ayudando a mantener abiertas nuestras fronteras para asegurar que los aeropuertos funcionan de forma adecuada", señaló Cameron. Los drásticos recortes en el Reino Unido responden a la necesidad de frenar los elevados números rojos.

Menos crecimiento

El déficit público cerró en 2010 en el 10,3%, uno de los niveles más altos de la UE. Además, la deuda pública se mantiene por encima del 80% del PIB. El Ejecutivo confiaba en que la buena evolución de la economía ayudaría a mejorar esas cifras. Sin embargo, las previsiones de crecimiento han empeorado. Este año, el PIB avanzará solo un 0,9% y, en 2012, el Reino Unido crecerá un 0,7% frente al 2,5% previsto. Y Cameron tiene claro que cuanto menor sea el PIB, mayor será el recorte.

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