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Tribuna
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El 'banco malo' irlandés

Se habla mucho estos días de la posible creación de un banco malo en España que aglutine los activos llamados tóxicos de las entidades financieras españolas. El precedente europeo más inmediato es la National Asset Management Agency irlandesa (conocida como NAMA). NAMA se constituyó en 2009 para hacer frente al fuerte y reconocido deterioro de las entidades financieras irlandesas como consecuencia de la crisis internacional, la excesiva financiación prestada por dichas entidades durante la burbuja inmobiliaria y la caída de los precios en el mercado inmobiliario. El Gobierno irlandés consideró necesario salvaguardar la salud y estabilidad de su sistema bancario para garantizar, por un lado, la financiación de la economía y, por otro, los ahorros. NAMA se constituyó para adquirir de entidades financieras fundamentalmente préstamos relacionados con suelos y desarrollos inmobiliarios.

El proceso de constitución de NAMA, aunque complejo, fue relativamente rápido, en la medida en que el proyecto de ley se presentó en septiembre 2009, la ley se aprobó un mes más tarde, NAMA se constituyó en diciembre, la Unión Europea aprobó el esquema de ayuda en febrero 2010 (aprobación que requirió la modificación de algún aspecto de la metodología de valoración de los activos) y la primera tanda de préstamos fue adquirida en febrero de 2010.

Podían participar en NAMA aquellas entidades financieras que así lo solicitaran y que se considerasen de importancia sistémica o la adquisición de cuyos activos se estimara necesaria para alcanzar los fines previstos en la legislación. Cinco entidades irlandesas fueron finalmente consideradas participantes en el esquema de NAMA.

Los activos que NAMA puede adquirir son los establecidos en una orden ministerial y comprenden créditos otorgados para comprar, explotar o desarrollar suelo, créditos garantizados con desarrollos de suelo y créditos otorgados a personas asociadas a los deudores de los mencionados créditos, aunque el Ministerio de Finanzas puede permitir la compra de activos adicionales siempre relacionados con el desarrollo de suelo. Por tanto, los activos que NAMA adquiere son los préstamos y créditos otorgados por las entidades y no los inmuebles que sirven de garantía. En España muchos de esos préstamos y créditos, por los mecanismos de dación en pago, han pasado a convertirse, en los balances de las entidades, en inmuebles. NAMA ha adquirido más de 71.000 millones de euros en préstamos (correspondientes a 850 deudores y a 11.000 préstamos garantizados por 16.000 propiedades, de las que dos tercios estaban localizadas en Irlanda y el resto fundamentalmente en Reino Unido, con alguna localización en EE UU y resto de Europa).

La adquisición se realizó previa identificación por las propias entidades de los préstamos elegibles, suministro a NAMA de determinada información sobre los préstamos y sus garantías y valoraciones de las propiedades. NAMA realizó después tanto una extensa labor de due diligence sobre los préstamos y propiedades como una revisión de las valoraciones recibidas.

El precio pagado por NAMA por los préstamos fue básicamente el precio que se consideró de mercado para las propiedades que garantizaban los préstamos, teniendo además en cuenta otros factores (adecuación de la documentación, otras garantías, etc). Como media, los préstamos se adquirieron con un descuento del 52% sobre el nominal de los mismos.

El 95% del precio se pagó mediante bonos (Senior Notes) emitidos por NAMA que se repagan a medida que NAMA recupera el importe de los préstamos y que se encuentran garantizados por el Ministerio de Finanzas, y el 5% restante mediante bonos subordinados perpetuos que serán repagados siempre que lo permita la capacidad financiera de NAMA. Las Senior Notes devengan intereses a tipo euríbor y los bonos subordinados a un tipo fijo del 5,264%. Respecto a las Senior Notes, las mismas cotizan en la Bolsa irlandesa y NAMA pretende establecer un calendario de amortización acompasado con los repagos de los préstamos, habiendo previsto una amortización de 1.250 millones de euros hasta septiembre de 2011. NAMA ha establecido un objetivo general de pago de su deuda de hasta el 25% en 2013, 80% en 2017 y 100% en 2019.

NAMA pretende gestionar directamente muchos de los préstamos (especialmente los 180 deudores más importantes que representan 61.000 millones de euros de principal), exigiendo a los deudores, entre otros, la presentación de un plan de negocio donde se evidencie cómo pretenden hacer frente a la deuda. Este plan de negocio se revisa por un experto independiente, a cuyos efectos NAMA seleccionó 38 firmas de asesores. Si el plan de negocio se aprueba por NAMA continúa la relación con el deudor, mientras que en caso contrario se procede a la ejecución de los bienes garantizados.

Finalmente también se prevé, aunque no está ejecutado, la posibilidad de que NAMA cree vehículos especiales donde dé entrada a inversores privados, para desconsolidar la deuda.

Javier Ybáñez y José María Gil-Robles. Garrigues

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