El virus de la eurozona se extiende por el planeta
Los mercados bursátiles y los canales financieros y comerciales, principales vías de contagio de la 'enfermedad'
Las firmas de inversión están perfilando estos días sus perspectivas para 2012 y el tono generalizado es aún de cierto optimismo: Europa pasará por el vÍa crucis de una nueva recesión, pero el mundo se salvará y podrá registrar unas decentes tasas de crecimiento del orden del 3% o incluso superior. Sin embargo, estas proyecciones alentadoras se basan en la fe de los expertos en que los líderes europeos harán algo antes de permitir que el euro desaparezca entre turbulentos estertores. Una convicción que será puesta a prueba tras el desencuentro acerca del papel que debe jugar el BCE materializado ayer entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, que insiste en rechazar la solución de los eurobonos. De hecho, los efectos de la crisis de deuda soberana se están propagando con rapidez por todo el mundo y amenazan con desestabilizar la economía mundial. El primer foco de transmisión del virus europeo es el de los mercados de Bolsa. En noviembre, no hay un solo índice en todo el mundo con cierta representatividad que esté en positivo.
Para encontrar números verdes en la renta variable hay que aventurarse en alternativas tan exóticas (y poco líquidas) como la Bolsa de Islas Mauricio, el mercado de Ulán Bator en Mongolia o un índice que replica la evolución del mercado OTC en Ucrania. Es cierto que las pérdidas se concentran en el corazón de Europa, con retrocesos mensuales superiores al 10% en Madrid, París, Fráncfort o Roma. Pero Tokio y Hong Kong retroceden más de un 9%; India, por encima del 10% y Shanghái -esta misma semana se han publicado los primeros datos de desaceleración en la industria manufacturera china- no puede evitar un descenso de casi el 3%. Praga, pese a las promisorias perspectivas de la República Checa, cae un 8,4%; Varsovia, un 9,5%; Moscú, un 7%. En África, Johanesburgo cede un 3,5%. São Paulo ha echado el freno y el Bovespa pierde en el mes un 5,2% y en Argentina el retroceso llega al 16,5%. La economía americana tiene sus problemas particulares, como la debilidad del empleo (9%) y la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para reducir el déficit público. Resultado: las pérdidas de Wall Street rebasan ampliamente en noviembre el 5%. Que el primer impacto se note en la Bolsa tiene toda la lógica, pues es el mercado más líquido y en el que es más fácil deshacerse de los activos para obtener dinero. Pero hay otras dos vías más por las que la zona euro puede poner en peligro al mundo: los vínculos comerciales y los canales financieros.
"El contagio de la deuda europea, si acontece de forma desordenada, podría conducir a un brusco ajuste de las condiciones globales de crédito, que podrían causar una severa contracción en la actividad económica global", explican desde Credit Suisse, una entidad que aún confía en que Europa no arrastre al resto del mundo.
Encuestas recientes realizadas por la Reserva Federal de EE UU y el Banco Central Europeo (BCE) revelan que el acceso al crédito se está endureciendo en todo el mundo para las entidades europeas. "El endurecimiento de estas condiciones, junto con la necesidad de las instituciones financieras de desapalancarse, podría introducir una nueva fuente de volatilidad en el mercado global de crédito, especialmente dado el tamaño de la actividad crediticia de los bancos europeos", añaden en Credit Suisse. Las entidades de la eurozona acaparan el 80% de los créditos extranjeros concedidos a Europa del Este, el 50% en América Latina; el 30% en Estados Unidos y el 20% en Asia.
Al problema del crédito se añade el de la eurozona como destino principal de las exportaciones mundiales. Datos de la gestora Schroders reflejan que la zona euro es el destino de al menos el 20% de las exportaciones de países como China, India, Brasil, Rusia, Reino Unido, Suiza, Hungría, Polonia, República Checa y Noruega.
"El incremento de la aversión al riesgo podría debilitar el consumo y la confianza empresarial, lo que, combinado con una formación de crédito desequilibrada, podría conducir a una inestabilidad global mucho mayor e incluso a una recesión global", admiten desde UBS, cuya previsión para la eurozona en 2012 es de un crecimiento del 0,2%. Desde Citi, el panorama que se maneja es más sombrío; una contracción del 0,3%. La enfermedad de Europa deja de ser un asunto regional para convertirse en una preocupación global.
Las cifras
12,4% es el retroceso acumulado por el Euro Stoxx solo en el mes de noviembre; en el año cae un 25,16%. El Ibex 35 cede un 13,77% en el mes y un 21,7% en el año.3,1% es la previsión que hace UBS de crecimiento mundial en 2012. Para las economías avanzadas prevé un 1,6% y para las emergentes, un 5%.25% es el recorrido alcista de la Bolsa que RBS calcula para 2012 si al final los líderes europeos consiguen resolver la crisis.
La encrucijada europea
- Los bancos centrales: El descenso de la presión inflacionaria en todo el mundo abre la puerta a una intervención más decisiva por parte de los bancos centrales. "Hay pocas dudas de que, desde un punto de vista político, las perspectivas de crecimiento permanecen intolerablemente bajas. Esperamos una acción política adicional. Donde no haya margen de maniobra fiscal, lo habrá desde un punto de vista monetario", apuntan en RBS.
- "Sangre en las calles". "Tal y como dice una cita de Rockefeller: compre cuando vea sangre en las calles. La verdad es que, aun siendo un poco exagerada, esa es la situación a la que asistimos actualmente en los mercados", opina Mariña Martínez Malvar, de Saxo Bank. "Compañías fuertes con una base de negocio estable están a precios de ganga", apunta Malvar, que aconseja entrar en sectores financiero, industrial y de materiales básicos.- ¿Desacoplamiento?. La idea de que las economías emergentes ya no están acopladas con el mundo desarrollado vuelve a estar en vigor. "La dependencia de la demanda occidental ha disminuido y continuará cayendo, ante el crecimiento del mercado interior", afirman Michael Godfrey y Matthew Vaight, de M&G Investments, que sin embargo reconocen que los países emergentes se han visto fuertemente impactados por la crisis europea.