La crisis se contagia fuera de la zona euro y obliga a Hungría a pedir ayuda
La crisis financiera traspasó ayer las fronteras de la zona euro y llegó a Hungría, cuyo Gobierno reabrió las negociaciones con el FMI y la UE para obtener un crédito ante la dificultad para financiarse. El Gobierno húngaro ya recibió una ayuda de 20.000 millones a finales de 2008.
La crisis de la deuda no se inició en la zona euro, sino que comenzó a finales de 2008 en los países que se habían integrado en última instancia a la Unión Europea. Letonia, Hungría y Rumanía fueron los primeros que acudieron por aquella época a solicitar ayuda financiera a la UE ante la imposibilidad de financiarse en el exterior. Los desequilibrios acumulados durante 15 años les cerraron el grifo de la financiación, por lo que las autoridades comunitarias tuvieron que crear un fondo de rescate por 50.000 millones para ayudar a ese grupo de países. Apenas dos años después se inició ese mismo episodio en la zona euro, que ha acabado con el rescate de Grecia, Irlanda y Portugal y los ataques contra España e Italia.
A todos ellos se unió ayer de nuevo Hungría, cuyo ministro de Economía, György Matolcsy, reconoció ayer que ha solicitado un préstamo preventivo a la UE y al FMI, sin especificar la cuantía. "El Gobierno espera no tener que utilizar dicho préstamo y espera abrir en diciembre las negociaciones con el FMI", afirmó.
El titular de Economía húngaro justificó la solicitud por las dificultades para obtener financiación en el exterior, como consecuencia del impacto que la crisis de la deuda en la zona euro ha tenido entre los inversores. Sin embargo existen otros factores que explican esa situación. Los desequilibrios acumulados por la economía húngara (ha registrado déficit público en los últimos 15 años y la deuda se ha elevado a máximos por encima del 81% del PIB) han llevado a las agencias de calificación a bajar continuamente la nota a la deuda húngara, que en la actualidad solo se encuentra a un paso del bono basura. La situación, además, se ha agravado en los últimos meses con la caída del valor del forinto, que en las últimas semanas ha estado cotizando a 300 unidades por euro.
Fuentes de la Comisión Europea confirmaron ayer que el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha escrito al presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durão Barroso, y a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, para solicitar esa asistencia. "La Comisión Europea ha recibido hoy una petición de las autoridades húngaras para una posible asistencia financiera de la UE. Las autoridades han enviado una petición similar al FMI. También han indicado que su intención es tratar cualquier apoyo de la UE que pueda estar disponible como precaución. Por el momento, no hay cifras ligadas a esta petición y es tan solo preventiva. Primero tenemos que analizar si las condiciones se cumplen", explicó ayer el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj.
De hecho, una misión de expertos regresó hace unos días de una misión de supervisión en Budapest, donde revisaron los compromisos adquiridos para obtener ayudas del esquema de apoyo a la balanza de pagos (el equivalente al actual fondo de rescate para países de la zona euro). La UE lo creó para ayudar a los países del Este a superar la crisis económica.
Hungría recibió 6.500 millones de euros de ese mecanismo (los restantes 13.500 procedieron del FMI), dotado con 50.000 millones de euros y del que también se han beneficiado Letonia y Rumanía.