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Elecciones 2011 | El veredicto de los mercados

La presión del mercado persiste pese a la mayoría absoluta del Partido Popular

Los mercados saludaron ayer la elección de Mariano Rajoy como futuro presidente del Gobierno con una subida de 23 puntos en la prima de riesgo, hasta los 464, un nuevo récord. El Ibex cayó el 3,5%. Sobre España sigue pesando la sombra del déficit, el paro y la debilidad de la banca -ayer fue intervenido Banco de Valencia-, y los expertos ven necesaria una solución europea a la crisis soberana.

No habrá milagros", advirtió Mariano Rajoy después de que el Partido Popular obtuviera la mayoría absoluta en las elecciones generales del domingo. El lunes, desde luego, no los hubo. El hecho de que las encuestas, y los mercados, dieran por descontada ya una mayoría aplastante del PP para gobernar, unido a los acuciantes problemas económicos de España y a la incapacidad de los líderes europeos para detener la crisis soberana, anuló cualquier efecto cambio. El nuevo Ejecutivo, además, no se formará hasta dentro de un mes. Como resultado, los mercados mantuvieron ayer la tónica de castigo de las últimos días: el perfil de riesgo país subió 23 puntos para marcar un nuevo récord, en 464 puntos básicos, y el Ibex cayó un 3,48%.

"España se unió a la lista crítica la pasada semana, y como Grecia e Italia, cambió de líder político. Eso son tres nuevos líderes europeos en tres semanas", resumían ayer los economistas del Royal Bank of Scotland (RBS). El mero cambio de signo político, coinciden los analistas, no es suficiente para resolver los problemas. Aunque existen diferencias sustanciales -en España el relevo ha sido votado por los ciudadanos en unos comicios ya programados, mientras que los parlamentos vecinos han aceptado ser gobernados por tecnócratas de forma extraordinaria- también hay un nexo en común: ninguno de los procesos ha relajado la presión de los mercados sobre estos países. El sobrecoste que paga España por endeudarse frente a lo que le cuesta a Alemania superaba ayer sus máximos anteriores, el de Italia subía 7 puntos, hasta 474, y el de Grecia apenas bajaba a 2.626 puntos. De hecho, la pandemia de desconfianza soberana se ha extendido ya al corazón de Europa, con la prima gala en 165 puntos, y la agencia de calificación de riesgo Moody's amenazando con arrebatar a Francia la máxima calificación, AAA.

Un panorama complicado para el Tesoro Público, que la semana pasada volvió a pagar las letras a precios de 1997 y colocó bonos a 10 años a casi un 7% de interés. La primera prueba poselectorales llega hoy, cuando el Estado espera obtener entre 2.000 y 3.000 millones de euros en letras a tres y seis meses.

"Del PP se esperan nuevas reformas fiscales y mayor consolidación fiscal, políticas que sin duda serán bien recibidas por los mercados, pero que pueden no ser suficientes para estabilizar los títulos soberanos de España", reflexionan los analistas de Barclays Capital, que creen necesario "que la UE aumente su apoyo, incluso mediante una mayor intervención del Banco Central Europeo". Esta institución viene ejerciendo de bombero, comprando bonos de los países en problemas, pero la oposición de Berlín a esta solución es cada vez más frontal.

En paralelo al juego comunitario, los inversores y los ciudadanos esperan que Rajoy ofrezca soluciones a los problemas internos del país. Para José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, "lo fundamental es mejorar la percepción del mercado" y de la UE sobre "la credibilidad de la política económica" del país. Aunque "la victoria del PP por mayoría absoluta es un factor positivo para España" por el mensaje de "estabilidad política" que envía, sostiene el analista, Rajoy deberá "elegir un equipo cualificado y conocido, tanto a nivel interno como externo". Este gabinete, sin embargo, no se formará hasta después del 13 de diciembre, cuando se constituyan las Cortes, recuerdan en Goldman Sachs, donde hablan de un "inútil periodo de transición" que llegan en "un momento clave para España" por la elevada prima de riesgo que soporta. Desde Citi consideran, no obstante, que aunque "las reformas estructurales requieren más tiempo", un Gobierno en funciones en acuerdo con el futuro Ejecutivo podría tomar nuevas "medidas de ajuste fiscal", hasta que tome posesión el definitivo.

La reducción del déficit, que PSOE y PP han convertido en un compromiso constitucional a instancias de Berlín, es una de las prioridades que señalan todos los expertos consultados. Los analistas de Goldman advierten, eso sí, que el objetivo de déficit del 6% para 2012 "no es realista", y que estará más cerca del 7%. A su favor, señalan por su parte desde el servicio de estudios de Société Générale, la mayoría de los gobiernos regionales están ahora controlados por el PP" lo que permitiría "facilitar" el ajuste fiscal que se reclama al conjunto del Estado y de las comunidades autónomas. En cuanto a las medidas concretas que tomará el PP para lograrlo, los expertos del banco galo recuerdan que "el partido ha sido reacio a especificarlas" y que el PSOE les ha acusado de "planear recortes drásticos en sanidad y educación", pero que "lo que parece bastante probable es que el PP pondrá en marcha una ambiciosa agenda de privatizaciones", asumen.

Sea cual sea la vía, advierten desde el gabinete de estudios de UBS, los 28.000 millones de euros de ahorro fiscal que calcula la firma encara el Gobierno para cumplir con el compromiso de déficit al 3% para 2013 "podría restar dos puntos de crecimiento al PIB", sumiendo al país en una profunda recesión. Un fantasma que amenaza con elevar aún más una tasa de desempleo del 21%, que afecta ya a cinco millones de personas.

Otro de los retos primordiales del nuevo Ejecutivo, añaden desde el banco suizo, es el "reconocimiento de la crisis bancaria" cuyos efectos "es posible que se trasladen al balance del Gobierno". Un temor que se manifestó ayer mismo, cuando el Banco de España anunció que intervenía Banco de Valencia, que recibe una inyección de 1.000 millones de euros, más una línea de liquidez adicional dotada con otros 2.000 millones. La cotización de la entidad, que pasa de estar controlada por Bankia a ser gestionada por el FROB, fue interrumpida en la tarde de ayer, con una caída del 3,27% hasta los 0,74 euros por acción.

El movimiento no tuvo un eco destacable en el Ibex, que ya llevaba todo el día en negativo y cerró con los 35 del panel en rojo. El índice terminó la sesión en los 8.021 puntos tras ceder un 3,48%. El retroceso estuvo, no obstante, en la línea experimentada por las grandes plazas europeas. El FTSE londinense se dejó un 2,62%, el Cac parisino, un 3,41%, y el Dax de Fráncfort, un 3,35%. La peor parte fue para el Mib milanés, que cayó el 4,74%. Tampoco al otro lado del Atlántico estaban los ánimos mucho más positivos. El Standard & Poor's se dejó el 1,86%, el Dow Jones, un 2,11%, y el Nasdaq, un 1,92%.

"No hay milagros", verificó ayer la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, quien asumió ayer como normal que la presión de los mercados se mantuviera sobre la marca España y pidió tiempo para revertir la situación. Este, sin embargo, es limitado. Como ella misma admitió, el país no puede seguir pagando un 7% por endeudarse.

Las cifras

8.021 puntos, es la cifra a la que descendió ayer el Ibex tras ceder un 3,48%.

28 billones de euros tendrá que recortar el Gobierno de Rajoy para lograr el compromiso de déficit del 3% para 2013, según UBS.

2 puntos de crecimiento del PIB es la factura que puede suponer dicho ajuste del gasto público, según UBS, que advierte del riesgo de recesión.

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