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A fondo

El déficit es lo primero

Hace apenas cuatro días, el aún candidato a ocupar el Palacio de la Moncloa en los próximos cuatro años Mariano Rajoy cerraba la campaña electoral de su partido pidiendo a los mercados al menos "media hora" de margen, de tiempo muerto, para tomar medidas ante la situación económica actual. Ayer, Rajoy, sabedor ya de que será el próximo presidente del Gobierno, comprobó cómo esos mercados no le han dado ni un minuto de tregua. La situación es tan grave que no hay ni un solo analista, experto o, incluso, miembro de un partido político que piense que se deba esperar a que se constituya el nuevo Gobierno el mes que viene para tomar medidas. Por tanto, durante estos días es urgente la más estrecha colaboración entre el presidente saliente y el entrante. Habiendo hablado las urnas, es tiempo de actuar, sin más días de gracia.

La hoja de ruta de lo que se debe desarrollar está clara, según los expertos. Primero lo más urgente, después lo necesario. Y lo más urgente es cumplir con el objetivo de reducción de déficit fiscal comprometido ante Bruselas. La reducción del déficit del 9,3% al 6% del PIB para este año y hasta el 4,4% en 2012 será la vara de medida de la credibilidad con que se estrenará el próximo Ejecutivo. Cualquier medida que se tome en estas semanas, vía ajuste adicional en el gasto o aumento de ingresos, debe ir encaminada a cumplir con lo prometido para la consolidación fiscal. Y es que detrás de la prima de riesgo desbocada se encuentra el temor de los mercados de que el país no pueda cumplir con estos objetivos, dada la debilidad del crecimiento económico y la alta tasa de paro. Ello exigirá recortes tanto en el Presupuesto vigente como en el que se diseñará para 2012. El aval dado el domingo por los ciudadanos al programa del PP, plagado de promesas de austeridad en la Administración, supone una garantía para ello. Sin embargo, aún está por ver si ese aval se mantendría en caso de que el nuevo Gobierno repartiera los costes del ajuste de forma desigual, sin proteger a los que menos tienen.

El acceso al crédito

Las siguientes medidas deberían ir encaminadas a reabrir el melón de las reformas estructurales, según estiman poderosos think tanks como el Instituto de Estudios Económicos o el de la Empresa Familiar. En tres ámbitos: el financiero, el laboral y el tributario. El financiero es el más acuciante, ya que queda pendiente culminar la reforma de la banca y mejorar el acceso al crédito de millones de pymes, ahora estranguladas por falta de financiación. En cuanto a las reformas laboral y tributaria, el apoyo a los emprendedores será un asunto vital, por cuanto son los grandes protagonistas para la generación de empleo, en un país en donde hay cinco millones de desempleados forzosos. Y todo ello, bajo la atenta mirada de Berlín.

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