Movilidad y espacio para AGi
Joaquín Pérez-Goicoechea organiza el entorno en respuesta a su internacionalización
Cuando la mitad del año se pasa fuera de la oficina y la práctica totalidad del trabajo puede contenerse en un ordenador portátil, un arquitecto se inclina por naturaleza a apostar por el goce del espacio. La mesa de Joaquín Pérez-Goicoechea en el despacho desde el que dirige la parte española de AGi Architects está apenas ocupada por su ordenador, algunas libretas y material para tomar notas. El resto de su mesa, de más de tres metros de anchura, está disponible para las eventuales visitas de su socio, Nasser Abulhassan, o de otros colaboradores.
"Yo paso unos diez días al mes en Kuwait, y mi socio viene unos cinco por aquí. También procuramos que nuestra gente -17 personas en la oficina de Madrid- al menos conozca Kuwait para que se haga una idea de la forma de trabajo allí, que es bastante distinta, y ponga cara a los que son continuamente sus interlocutores en nuestra otra oficina", explica Pérez-Goicoechea. Mientras la sede de Madrid supone el cerebro creativo, nutrida fundamentalmente de arquitectos, la de Kuwait se compone sobre todo del nervio necesario de ingenieros y delineantes para ejecutar las obras.
Pérez-Goicoechea y Abulhassan se conocieron en Harvard, donde el español acudió para hacer un máster de dos años tras su paso por Ortiz y Cruz. De ese periodo le queda, por ejemplo, la alfombrilla de ratón con la que trabaja en Madrid, pero sobre todo la amistad con Abulhassan, que dio paso a pequeñas colaboraciones que culminaron con la creación de su firma a finales de 2005.
AGi Architects trabaja sobre todo para Kuwait, donde cuenta con una segunda oficina a la que viaja con regularidad mensual
La trayectoria de AGi Architects ha estado centrada hasta el momento en su labor en Kuwait, aunque ya se ha abierto camino en otros puntos de Asia con trabajos en India o Abu Dabi. "No es tan fácil como pueda parecer saltar de un lugar del mundo árabe a otro; cada país tiene sus propias singularidades que hay que conocer", asegura Pérez-Goicoechea.
En el caso de Kuwait, admite que puede ser difícil para una empresa recién llegada conseguir la implantación que él ha logrado con la suya sin contactos locales: "Es una sociedad muy tradicional, en la que pesan las familias con influencia desde siempre, y cuesta aceptar a los recién llegados. Ahora bien, una vez te aceptan, en mi caso gracias a mi relación con Nasser, las puertas están abiertas".
Este mismo mes, AGi consiguió por segunda vez uno de los premios del World Architecture Festival (WAF) en la categoría de futuros proyectos-residenciales, por su propuesta para la construcción del complejo residencial Wafra Living. "Es un experimento para Kuwait, puesto que allí no son frecuentes los edificios de apartamentos", explica Pérez-Goicoechea.
El Wafra acogerá viviendas de entre 180 y 240 metros cuadrados, con financiación estatal y dirigidas al mercado del alquiler. Para hacerlos aceptables a la mentalidad kuwaití, estos apartamentos reúnen algunas características singulares, según el propio arquitecto: "No solo su tamaño, muy grandes para nuestros estándares pero que son reducidos para los suyos, sino ciertas características propias de la idiosincrasia local. Por ejemplo, la separación muy clara de la zona de cocina del resto de la vivienda, pues les desagradan mucho los olores. O la privacidad total respecto al conjunto del edificio o de la zona para el servicio".
Mercado nacional
Aunque la firma nació en 2005, apenas consiguió contratos en España durante el periodo previo a la caída del negocio inmobiliario: "Nuestros contactos desaparecieron uno detrás de otro", señala Pérez-Goicoechea. Aun así, cuentan en proceso con un par de proyectos destacados, las sedes comarcales de colegios profesionales en Osuna (Sevilla) y el complejo parroquial de La Ascensión del Señor, a las afueras de la capital andaluza.
"A comienzos de 2008 nos dio la impresión de que tendríamos que hacer crecer la plantilla hasta desbordar nuestra oficina, pero ahí aprendimos que es preferible un grupo pequeño, de confianza y con experiencia juntos, y echar mano cuando sea necesario de colaboradores", concluye.
Maquetas y dibujos guardados
Las maquetas de proyectos tienen protagonismo en cualquier estudio, también en AGi. Pérez-Goicoechea destaca la de la Rock House, un proyecto para una residencia privada en armonía con un entorno desértico de Kuwait. Sin embargo, no llegó a ejecutarse: "El cliente se quedó sin dinero porque se compró un apartamento en el Plaza de Nueva York". Entre otros detalles personales del despacho se cuentan dibujos de las tres hijas de Pérez-Goicoechea, a las que le gustaría tener más por la oficina aprovechando los ratos en que la sala de reuniones está vacía. Su presencia no sería extraña en un entorno de trabajo muy horizontal, en el que el arquitecto destaca "la flexibilidad con las necesidades de los empleados a cambio de la exigencia de que se involucren y sean creativos". La plantilla es joven y multicultural, "con la riqueza que supone": en Madrid hay portugueses, italianos y alemanes, y en Kuwait, filipinos o indios. "En España nos sigue faltando gente fluida en inglés".