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La eurozona, en la cuerda floja

Merkel promete apoyo, pero exige a cambio fuerte disciplina

El partido de la canciller alemana respalda la salida "voluntaria" del euro para los países en problemas

La canciller alemana, Angela Merkel, se esforzó ayer en hilar ante sus militantes un discurso que sonara como europeísta y a la vez contentara a sus votantes más escépticos. "Las preocupaciones de los griegos lo son también de los holandeses, las preocupaciones de los españoles lo son también de los alemanes", declaró Merkel. La dirigente alemana prometió apoyo a los países que están pasando el peor trance de la crisis, pero a cambio de imponer una estricta disciplina económica. "No necesitamos menos Europa, sino más Europa", aseguró la canciller en su intervención en el congreso federal de la CDU (Unión Cristianodemócrata), celebrado en Leipzig. "Si fracasa el euro, fracasa Europa", concluyó con contundencia.

A juicio de la canciller, la solución pasa por ceder soberanía y competencia en dirección a Europa y también por cumplir estrictamente con los objetivos de estabilidad presupuestaria y económica. En ese sentido, Merkel hizo una defensa cerrada de la imposición de sanciones automáticas a los países incumplidores. "Alemania estuvo entre los infractores" de los límites al déficit establecido por el Tratado de Maastricht, reconoció la canciller, pero supo enmendar la situación y eso es lo que Alemania exige ahora a los socios del euro.

Merkel rechazó de plano la idea de instaurar los eurobonos. "No nos conducirán a un futuro sensato para Europa". Otra de las ideas económicas que defendió la canciller alemana fue la de la imposición de una tasa a las transacciones financieras "por lo menos a escala de la eurozona". Esta medida es, precisamente, una de las más criticadas por el mercado, que teme que este gravamen desvíe toda la actividad financiera desde la eurozona hacia plazas como Londres o EE UU.

Pero el discurso de unidad europea de Merkel se vio diluido ante la decisión de los militantes de la CDU de votar a favor de la salida "voluntaria" del euro de aquellos países que estén en problemas, abriendo de nuevo la puerta a especulaciones sobre la fragmentación de la eurozona.

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