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Plan para recuperar un centro que lleva más de dos años sin actividad

Pastguren ultima su venta esta semana para dedicarse a la biomasa

Pastguren, la planta papelera de Zalla (Vizcaya) que lleva más de dos años sin actividad, afronta una semana clave. Un grupo aragonés del sector de la energía tiene la intención de cerrar los próximos días la compra de las instalaciones y los terrenos (50.000 metros cuadrados) para la puesta en marcha de una central de biomasa (aprovechamiento de los residuos forestales para la obtención de energía).

El plan incluye la recuperación de una parte de la plantilla de la papelera para el nuevo proyecto. Más de 30 empleados de Pastguren (sobre un colectivo de 170 personas) volverían al mercado laboral por esta vía. En una segunda fase podría generarse más empleo, siempre en torno a la biomasa, aunque con profesionales sin pasado en Pastguren.

La compañía vizcaína pone fin con esta operación a una agonía industrial de más de dos años.

Tras vivir numerosas crisis, la papelera vasca paralizó su actividad fabril y presentó concurso de acreedores en octubre de 2009, con más de 40 millones de pasivo, que luego se ha incrementado en cinco millones.

Durante ese ejercicio consiguió mantener su producción de pasta de papel durante unos meses, gracias a un aval de 2,5 millones que aportó la Diputación de Vizcaya. Los accionistas de Pastguren, representados por la sociedad Celulosas de Euskadi, abandonaron la empresa, que inició una ronda de contactos con papeleras de Europa y América para intentar encontrar nuevos propietarios.

Estos intentos, auspiciados por el Gobierno vasco, no culminaron con éxito. El Ejecutivo de Vitoria llegó a anunciar la intención de un grupo de empresarios vascos de invertir 70 millones de euros en dos proyectos industriales complementarios en los terrenos de Pastguren. Esos promotores, que al final también se retiraron, querían emplear a casi la totalidad de los 170 trabajadores de la sociedad.

Hace más de un año, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Bilbao decretó la liquidación de la empresa, una vez superada la fase concursal.

Una papelera sin hueco en la industria actual

La antigua filial del grupo La Papelera Española, ya desaparecida, no tiene hueco en el mercado actual, según los analistas. La actividad de la fábrica de Zalla, una histórica de la industria vasca, ha impregnado con su olor característico a la comarca vizcaína de las Encartaciones, castigada por los cierres de los centros de Reckitt & Colman y de Thyssenkrupp. Centrada en la producción de pasta húmeda de papel, en su última etapa solo contaba con tres clientes. En su ámbito industrial se han cerrado medio millar de factorías en Europa en los últimos años. Los expertos estiman que solo hay futuro en este sector para las instalaciones con una capacidad mínima anual de 100.000 toneladas (Pastguren llegó a sumar 70.000 toneladas en sus mejores tiempos). Tampoco podía ampliar por la cercanía de otras factorías.

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