Mal augurio para el negocio bancario
Como si de la tortura de la gota malaya se tratase, las malas noticias van cayendo ineludiblemente sobre la economía española. Y no tan solo por los datos de coyuntura del paro, la inflación o el crecimiento. También por las previsiones que los distintos actores económicos están elaborando para el año próximo. Especialmente significativa es la proyección del sector financiero. En las recientes presentaciones de resultados correspondientes a los nueve primeros meses del ejercicio en curso, los máximos responsables de la banca española se han mostrado singularmente pesimistas respecto al horizonte que se plantea para 2012. Una tesis suscrita a rajatabla, con algún tinte más negativo incluso, por el último análisis trimestral elaborado por las cajas de ahorros. El informe concluye que en 2012 el negocio bancario se situará en el punto más bajo desde que comenzó la crisis, que la liquidez continuará siendo el mayor dolor de cabeza de las entidades, que la morosidad puede llegar al 9% y que los clientes se encontrarán con una nueva vuelta de tuerca en las comisiones que pagan. Un negro panorama que debe servir de alarma para que el Gobierno que salga de las urnas el 20-N adopte con celeridad y contundencia las medidas necesarias para que los malos augurios no se conviertan en peores realidades.