Los candidatos prometen austeridad sin ajuste social
PSOE y PP inician hoy la campaña con distintas vías para cumplir el objetivo de déficit de la UE
Gane quien gane las elecciones del 20-N, cuya campaña electoral empieza hoy, el próximo Ejecutivo sabe que ciertas obligaciones son innegociables. Cumplir la senda de reducción del déficit exigida por Bruselas es una de ellas. España debe rebajar su déficit fiscal del 9,3% del PIB registrado el año anterior al 3% en 2013. En cifras absolutas -siempre más ilustrativas- supone recortar los números rojos de 98.000 millones a 32.000 millones. Un reto titánico que ha condicionado la política económica del anterior Gobierno y que determinará la del próximo.
Las evolución de las cuentas públicas (ver gráfico) sirve para entender la magnitud de la crisis que ha asolado España. En 2006, la Administración logró el mayor superávit de su historia. Ingresó 23.000 millones más de los que gastó. Solo tres años después, el mismo país gasto 117.000 millones más de los que recaudó. ¿Qué pasó entre una y otra fecha? Una caída de ingresos sin precedentes que demostró que el sistema fiscal español era demasiado dependiente del sector inmobiliario. Por otra parte, en los primeros compases de la crisis, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero impulsó una política económica de corte keynesiano que elevó aún más el gasto. La puesta en marcha de el Fondo de Empleo Local o la rebaja fiscal de 400 euros supuso un intento desesperado -e infructuoso- para evitar que la economía cayera en recesión.
Pese al esfuerzo, que se demostró baldío, la economía cayó, los ingresos públicos se esfumaron y el gasto público avanzó sin control. Ante esta situación, con un déficit del 11,9% en 2009, Bruselas y los mercados mandaron parar al grito de austeridad. Y el Ejecutivo de Zapatero, cumplidor, viró 180 grados su política económica y empezaron los recortes: rebaja del sueldo de los funcionarios, congelación de las pensiones, subida de impuestos especiales, incremento del IVA y un largo etcétera.
Gracias a ello, en 2010, el gasto público total cayó por primera vez en Democracia. Sin embargo, no es suficiente. El sector público español ingresa lo mismo que en 2005 y, sin embargo, gasta un 37% más. Insostenible. Todo ello deja una panorama complicado para el futuro ministro de Economía, que deberá seguir una severa política de austeridad. Incluso si se realiza un acto de fe y se cree que este año se cumplirán las previsiones y el déficit fiscal bajará al 6%, España deberá recortar sus números rojos en 33.000 millones hasta 2013. Los dos candidatos con opciones de ocupar la presidencia aceptan la senda de consolidación fiscal marcada, aunque rechazan aplicar recortes sociales. Falta por ver si ello es posible.
En cualquier caso, el líder del PP, Mariano Rajoy se siente más cómodo que su rival socialista en esta situación. Basta recordar que fue el Gobierno de José María Aznar quien puso en marcha la política del déficit cero, impulsada por el entonces ministro de Economía Rodrigo Rato. El portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, señala que España debe regresar a esos preceptos. Una postura similar defiende Convergència i Unió (CiU).
En este sentido, la aplastante victoria del PP en las elecciones autonómica ofrece claves para entender qué hará Rajoy si gana las elecciones. Los Ejecutivos de las comunidades gobernadas por el PP -todas con la excepción de Andalucía, Asturias, País Vasco, Navarra, y Cataluña- han iniciado sus legislatura anunciando drásticos recortes del gasto público.
Las comunidades autónomas representan el principal escollo para cumplir con la reducción del déficit que exige Bruselas y son la Administración que, hasta ahora, más dificultades ha tenido para reducir las partidas presupuestarias. De hecho, en el primer semestre, el gasto de las comunidades se incrementó un 0,5% a pesar de que los Ejecutivos autonómicos prometieron un ajuste que solo en la segunda parte de este año parece que empieza a aplicarse. En cualquier caso, no hay ningún dato que permita confiar en que las comunidades cumplan el objetivo de estabilidad y mantengan su déficit por debajo del 1,3% del PIB.
En este sentido, tanto PP y PSOE prometen eliminar duplicidades en el modelo autonómico e ineficiencias. Rubalcaba, además, señala que eliminará las diputaciones provinciales, una medida que Rajoy rechaza. Si bien existen similitudes entre ambos partidos, el PSOE trata de mantener un discurso más acorde con su tradición y alerta que la austeridad también puede resultar contraproducente. Rubalcaba, alineándose con la tesis defendida por el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, apuesta por el gasto público como dinamizador de la economía. "La austeridad sin contrapartidas puede llevar a una depresión muy seria", defiende el candidato socialista. Sin embargo, acepta como axioma la reducción del déficit. Izquierda Unida, va un paso más allá y propone subir el IRPF y el impuesto sobre sociedades.
Más deuda pública
A diferencia del PP, el PSOE propone subidas de impuestos que permitan una mayor margen de intervención pública. Así, Rubalcaba asegura que en caso de ganar las elecciones, implantará un impuesto sobre la riqueza, que corrija las deficiencias del resucitado impuesto sobre el patrimonio. También promete elevar el impuesto sobre el alcohol y el tabaco y establecer un gravamen sobre las transacciones financieras. El PSOE asegura que los ingresos adicionales de estas figuras impositivas servirán para impulsar políticas sociales. En cambio, Rajoy promete no subir ningún impuesto.
Independientemente del color del Gobierno que elabore los Presupuestos para 2012, existe una seguridad: el capítulo de gastos financieros -dedicados a pagar los intereses de la deuda- se incrementará. En la medida que España seguirá registrando números rojos, inexorablemente deberá acudir a los mercados en busca de financiación. Si bien parte de una situación privilegiada -la deuda pública es 20 puntos inferior al nivel de la media europea- preocupa el acelerado incremento del endeudamiento, que se mantendrá mientras permanezcan los desequilibrios presupuestarios. Y ambos candidatos saben que si no cumplen la reducción del déficit, los mercados encarecerán aún más la colocación de deuda.
Las propuestas del PP
-Promover una nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria que complemente la reforma de la Carta Magna aprobada recientemente por los dos grandes partidos.-Se incrementarán las responsabilidades y se establecerán sanciones para los gestores públicos que incumplan las reglas de estabilidad presupuestaria.-El PP promete que promoverá una reforma global de las Administraciones públicas para evitar duplicidades y eliminar gastos superfluos.-Se racionalizará el sector de empresas públicas, lo que implicará suprimir organismos y entes públicos, "cuyas funciones serán asumidas por la Administración".-El PPfomentará una central de compras entre todas las Administraciones para lograr preciosmáscompetitivos y alcanzar economías de escala.-MarianoRajoy apuesta en su programapor fomentar la agrupación voluntaria demunicipios.-Un hipotético Gobierno del PP propugnará "la estricta observancia del pacto de estabilidad y crecimiento en elmarco de la Unión Europea".
El programa del PSOE
- Los socialistas abogan por continuar el proceso de reducción del déficit público en todas las Administraciones.-Ofrecerán la posibilidad de que los contribuyentes puedan invertir sus devoluciones del IRPF en "títulos especiales de deuda pública a uno y dos años".-Seminimizaránloscostesdeproduccióndebienesyservicios mediantelageneralizacióndecomprascentralizadas.-El PSOE promete incrementar la colaboración entre las distintasAdministraciones para evitar duplicidades y elevar las sinergias.-Si Rubalcaba gana las elecciones, creará una oficina de lucha contra el fraude que agrupe los órganos administrativos que actualmente trabajan contra la economía sumergida.-Seincrementarán los impuestos sobre el tabaco y el alcohol para disponer de mayormargen para elaborar políticas sociales.- El PSOE promete establecer un tributo sobre la riqueza que sustituirá el impuesto sobre el patrimonio que desaparecerá en el ejercicio2012.-Se impondrá un nuevo gravamensobre las instituciones financieras, que son las empresas que "más beneficios han obtenido en el anterior ciclo económico".