Grecia será expulsada de la zona euro si vence el 'no' en el referéndum
Nicolas Sarkozy y Angela Merkel expulsarán a Grecia de la zona euro si finalmente celebra el referéndum y vence el 'no' a la operación de rescate. Además, Francia y Alemania aceleran la reforma del fondo de rescate para blindar al resto de socios, en particular España e Italia, ante las consecuencias de la fulminante expulsión. Se bloquea también la entrega de los 8.000 millones previstos de la ayuda al país hasta que se despeje la incertidumbre creada con el anuncio de la consulta popular.
Espadas en alto. Ultimátum al anochecer. Un griego contra todos. La tentación de cubrir con celuloide las reuniones de ayer en Cannes resultan difíciles de evitar. Sobre todo, porque el duelo entre el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, y el grupo liderado por Nicolas Sarkozy y Angela Merkel tuvo lugar en el mismo Palacio de Congresos donde cada año se celebra el prestigioso Festival de Cine.
Berlín y París advirtieron a Papandreu que la convocatoria de un referéndum sobre la operación de rescate no exime a Atenas del cumplimiento del plan de ajuste pactado la semana pasada en Bruselas. Y el Gobierno francés, anfitrión hoy y mañana de la cumbre del G-20 en la Riviera francesa, exigió a Atenas que se aclare cuanto antes sobre si desea permanecer o no en la Unión Monetaria. Merkel y Sarkozy comparecieron ante la prensa para dar cuenta de su reunión, a la que también acudieron los máximos representantes del FMI, Christine Lagarde, de la Comisión Europea, Jose Manuel Durão Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Y todo parece indicar que la zona euro parece resignada a la convocatoria de la consulta, pero quiere evitar que su posible fracaso, entendido como un rechazo del programa de rescate, provoque una hecatombe en toda la región y en particular en Italia y en España. Hoy mismo, Sarkozy y Merkel se reunirán con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para trazar la estrategia a seguir. Por lo pronto, el presidente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, aseguró hoy que Grecia no permanecerá en el euro "a toda costa". "Debe hacerse todo lo posible para intentar garantizar que un miembro del grupo de 17 se marche, pero si éste es el deseo de los griegos -y creo que sería un error- no podemos obligarles", ha dicho Juncker. Ha reiterado además que la UE se prepara para una posible salida de Grecia del euro y para minimizar el daño de este escenario en otros Estados miembros.
Confirmó
Y es que parece seguro que se celebrará el plebiscito, dado que el propio George Papandreu confirmó ayer la convocatoria. "Informé a mis socios de que, tras las consultas con los ministros en Grecia, haremos el referéndum lo más pronto posible, posiblemente el 4 de diciembre", aseguró en declaraciones a la televisión de su país después de la reunión.
La reunión de ayer previa al G20 parecía destinada a arrancar a Papandreu el compromiso de que el plan de ajuste se pondrá en marcha sin esperar al plebiscito. Y que las urnas no marcarán tanto el final de ese plan como el de la carrera política del primer ministro socialista. Un ejercicio de alquimia política muy difícil de concretar.
Como en los mejores thriller, la tensión fue en aumento a medida que se acercaba la hora de la cita entre Papandreu y el eje germano-francés. Sarkozy y Merkel se reunieron antes con los líderes de las instituciones comunitarias (Comisión, Consejo y Eurogrupo). En tono grave, Sarkozy afirmó esta noche que, en cualquier caso, ni la UE ni el FMI están dispuestos a desembolsar el último tramo de ayuda a Grecia, que supone 8.000 millones de euros, si no se despejan antes estas incertidumbres.
"El sexto tramo sólo se podrá pagar si Grecia acepta todas las partes del acuerdo del 27 de octubre", precisó Merkel, quien insistió en que el referéndum tiene que suponer una aceptación por parte de Grecia de que quiere seguir en la zona euro. "El euro tiene que ser estable y lo queremos lograr mejor con Grecia que sin Grecia. La estabilidad del euro es nuestra prioridad", indicó la canciller alemana.
Entre las dos reuniones, en un gesto que delata la creciente dependencia europea de la munición de Pekín, Sarkozy encontró tiempo para una cena de trabajo con su homólogo chino, Hu Jintao, a quien corteja desde que el pasado mes de agosto arreció de nuevo la crisis de la deuda y se puso en duda triple A de los bonos franceses. Pero incluso el encuentro con Hu, largamente preparado, se veía eclipsado por la cabalgada en solitario de un Papandreu con los días contados.
El pasado lunes, el primer ministro griego hizo pública su intención se someter a referéndum la aprobación de las medidas de ajuste exigidas a cambio de otro rescate de 130.000 millones de euros.
"Si quieren, que se vayan"
Francia no ocultaba ayer su malestar por este último giro de la crisis griega, que le ha amargado a Sarkozy su cumbre final de la presidencia del G-20. París esperaba presentarse con la crisis de deuda de la periferia de Europa encarrilada después del consenso aparentemente alcanzado la semana pasada. Su intención era avanzar en temas como la corrección de los desequilibrios macroeconómicos en el mundo, la reforma de los mercados financieros, la adopción de unos estándares de contabilidad globales, el refuerzo de los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) o la potenciación del libre comercio. Todo ese programa pasó a segundo plano, para disgusto de París.
El primer ministro galo, François Fillon, asumió el papel de duro de la película y exigió a Atenas que decida "rápidamente y sin ambigüedad si quiere conservar su lugar en la zona euro". Las palabras de Fillon sonaron a ultimátum para la continuidad del país heleno en la Unión Monetaria, a la que se incorporó en 2001 (dos años después que los 11 socios iniciales) con unas cuentas de déficit y deuda que resultaron estar maquilladas. Papandreu, en aquel entonces, ya era ministro de Exteriores de un Gobierno dedicado a la creatividad contable. Una década después, la ficción parece tocar a su fin.
Fuentes próximas al Ejecutivo francés llegaron a indicar al diario Le Monde que los griegos "tienen derecho a hacer un referéndum, pero antes de Navidad y solo para plantear la cuestión de si quieren permanecer en la zona euro. Y si dicen no, que se vayan". El Estado griego solo tiene dinero para atender sus obligaciones hasta diciembre. Barroso alertó a la población helena de los costes que conllevaría la cancelación de ese rescate. "Sin el acuerdo de Grecia con la UE y el FMI, las condiciones para los ciudadanos griegos serán mucho más dolorosas, sobre todo para los más vulnerables. Las consecuencias son imposibles de predecir".
Cumbre del Eurogrupo
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anticipó a la tarde de ayer su viaje a Cannes -donde hoy tiene previsto participar en la cumbre del G-20- para asistir a una cumbre reducida que celebrará en la mañana el Eurogrupo, convocada de urgencia por Francia.
Italia aprueba reformas para contener la presión
El Gobierno italiano aprobó ayer en un Consejo de Ministros extraordinario el decreto con "las medidas más urgentes" que presentó el primer ministro, Silvio Berlusconi, a la Unión Europa. Con ello, Italia pretende acudir a la cumbre de hoy del G-20 con los deberes hechos.Una de las medidas más polémicas ha sido la eliminación de las pensiones de ancianidad, un punto que se ha encontrado con la fuerte oposición de la Liga Norte. También hubo fuertes resistencias con la elevación de la edad de jubilación de 65 a 67 años.Por otra parte, el Banco de Italia aseguró ayer que el país podría soportar unos tipos del 8% en su deuda. Este test de solvencia, publicado dentro del informe sobre la estabilidad financiera, se ha realizado, en un primer lugar, con la hipótesis de que desde enero de 2012 el rendimiento de todos los bonos subastados por el Tesoro italiano registren un aumento de 2,5 puntos porcentuales. En un segundo lugar, se ha jugado además con la hipótesis de que ese aumento de los tipos de interés repercuta negativamente sobre el crecimiento económico, "anulándolo en el trienio que va de 2012 a 2014". En ambos escenarios, el Banco de Italia asegura que los niveles de endeudamiento, actualmente superiores al 120% del PIB, serían sostenibles.
Papandreu se juega el cargo
a propuesta de Papandreu de someter a referéndum, previsto para el 4 o 5 de diciembre, el plan de rescate a Grecia ha irrumpido en la cumbre del G-20 y puesto sobre la mesa, de forma inesperada, el debate sobre los límites de los planes de austeridad y el margen que tienen las economías para combinar ajustes con crecimiento. Y este es también el debate que se abrió ayer en el Parlamento griego y que culminará el viernes con la votación de la moción de confianza al primer ministro. Papandreu se juega a una sola carta su futuro político, consciente de que ha apurado ya todas sus bazas. Necesita 151 votos para superar la moción de confianza y las disidencias que el referéndum ha provocado en su propio partido le han dejado con una ajustada mayoría de 152 escaños. Además, una decena de diputados de las filas socialistas abogan por la creación de un Gobierno de salvación nacional, con o sin Papandreu. El líder de la oposición, Antonis Samaras, calificó ayer el referéndum de "máxima irresponsabilidad" y reclamó elecciones anticipadas. Si Papandreu pierde la moción de confianza, la consulta quedaría aparcada. Se abriría así un nuevo periodo, sin Papandreu, con la convocatoria de elecciones o con el relevo del primer ministro por otro miembro del Gobierno.