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Muy confidencial

Mentiras o medias verdades sobre el empleo público

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, apuntó el viernes pasado que una de las principales causas del mal comportamiento del empleo en el tercer trimestre del año era la destrucción de empleo público por parte de las comunidades autónomas y los ayuntamientos por los ajustes presupuestarios. Sin embargo, los datos oficiales y públicos de la Encuesta de Población Activa (EPA) no se correspondían con esta afirmación. De hecho, indicaban que entre julio y septiembre el sector público había ganado 3.100 asalariados (debido a la creación de empleo en empresas públicas) y en los doce meses anteriores el aumento había sido de 40.200 (en este caso exclusivamente por el aumento de la ocupación en las administraciones y no por las entidades estatales). Las webs de distintos medios de comunicación publicaron esta falta de concordancia entre las explicaciones de Gómez y la evidencia de los datos y algunos llegaron a acusar al ministro de mentir. La guerra de cifras estaba servida.

El Ministerio de Trabajo reaccionó a última hora del viernes enviando un comunicado con una tabla que reflejaba la evolución del empleo en la rama 84 de actividad de la clasificación CNAE 2009, que es la que usa la EPA para elaborar sus datos, y según la cual, la rúbrica "Administración Pública, Defensa y Seguridad Social Obligatoria" efectivamente había perdido 40.200 asalariados. Con ello ratificaban la explicación de Gómez en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Sin embargo, al día siguiente, sábado, cuando ya estaba publicado en casi todos los medios que el sector público recortaba empleo y esa era una de las causas de que se rozaran los cinco millones de desempleados, Trabajo envió otro comunicado explicativo en el que, a pesar de volver a ratificar las explicaciones y los datos dados por Gómez, por otro lado, también admitía abiertamente, que la rama 84 del registro de actividades que había perdido tantos asalariados sólo "explica algo menos de la mitad del empleo público total". En concreto, precisaba que sólo explicaba el 44%, porcentaje que incluso sería inferior si se incluían los ocupados no asalariados, precisaba Trabajo. ¿Qué ha ocurrido entonces con la otra mitad del empleo público que no recoge la citada rama de actividad? Pues que evidentemente debió crear empleo. De ahí, que el saldo neto del sector público que ofrecen los datos oficiales arrojen el citado aumento de asalariados entre julio y septiembre y con respecto al mismo periodo del año anterior. Fue, por tanto, un claro intento de justificar con medias verdades unas cifras tan incontestables como injustificables.

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